"Ciberrebeldes", la red clandestina que elude la censura en CubaEl mes pasado, estudiantes de una prestigiosa facultad de informática grabaron en video un enfrentamiento que mantuvieron con Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional.
Alarcón pareció confundido cuando los estudiantes le preguntaron de repente por qué no podían viajar al extranjero, dormir en hoteles, recibir mejores salarios o usar motores de búsqueda como Google.
El video se difundió por toda La Habana, pasó de mano en mano, y perjudicó gravemente la reputación de Alarcón en algunos círculos, informa hoy el diario español El País.
Algo similar ocurrió a fines de enero, cuando las autoridades intentaron establecer un impuesto sobre las propinas y los salarios recibidos por empleados de empresas extranjeras.
Los trabajadores irrumpieron en abucheos y gritos cuando les hablaron del nuevo impuesto, momento que fue captado por la cámara de un celular y difundido mediante pen drives.
"Esto se le va a ir de las manos al Gobierno, porque la tecnología avanza con mucha rapidez", opinó Ariel, un programador informático de 33 años que pidió que no se cite su apellido por temor a la persecución política.
Pocos cibercafés y caros, pero usados con astucia
Las autoridades cubanas limitan desde hace tiempo el acceso público a Internet y a los videos digitales, retirando las antenas satélite no autorizadas y reduciendo el número de cibercafés accesibles a los cubanos. En la Habana vieja sólo queda un cibercafé abierto, frente a los tres que existían hace unos años.
Oculto en una pequeña sala en las profundidades del edificio Capitol, el café de propiedad estatal cobra 3,25 euros, un tercio del salario mensual medio de los cubanos, por usar un ordenador durante una hora. Los otros dos antiguos cibercafés que había en el centro de La Habana se convirtieron en "servicios postales" que permiten a los cubanos enviar mensajes electrónicos en una red cerrada de la isla, sin enlaces con Internet.
