Acusan a Chávez de suministrar balas a las FARC y el ELN
Las fuentes aseguraron que no sabían si ese suministro ``es consecuencia de la creciente corrupción que existe entre las fuerzas militares y de policía de Venezuela o si se trata de una política de Estado del presidente Hugo Chávez''.
Román Ortiz, catedrático español y coordinador de seguridad y postconflicto de la Fundación Ideas para la Paz, declaró a El Nuevo Herald que ``si las FARC consiguen munición la capacidad operativa de varios frentes importantes mejoraría''.
``Parece claro que las FARC han encontrado facilidades para operar en Venezuela y que usan el territorio venezolano como punto de tránsito de narcóticos y armas y para establecer bases de entrenamiento''.
El suministro de munición venezolana ha sido revelado ''más 10 miembros de las FARC'' de un grupo de 95 fugado de esa organización en lo que va del año, aseguraron las mismas fuentes.
La única fábrica en Sudamérica que produce munición calibre 7.62 x 39mm para el AK es la estatal Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM).
Citando fuentes de inteligencia militar y diplomáticas europeas, el diario español El País publicó el 16 de diciembre un reportaje que alega que la cooperación de Venezuela con las FARC es ``extensa y sistemática''.
El reportaje, titulado El narcosantuario de las FARC, afirma: ``Lo que aseguran un diplomático europeo y diversas fuentes oficiales a las que ha tenido acceso El País es que existe complicidad y compenetración de elementos importantes del Estado que preside Hugo Chávez en las actividades mafiosas y militares de la organización guerrillera más antigua del mundo.
La conclusión a la que un diplomático europeo y todas las fuentes oficiales consultadas han llegado es que la complicidad es activa y constante a niveles operativos''.
Los AK de las FARC y el ELN usan la misma munición de los 100,000 AK-103 y AK-104 que compró Venezuela.
Un comunicado del Departamento de Defensa de Estados Unidos, advirtió entonces: ``La compra ha creado interrogantes sobre el propósito final [de las armas]. Nuestra preocupación con esta compra de armas aumenta dada la tolerancia de Venezuela ante grupos como las FARC, el ELN y otros''.
Hasta que Venezuela comenzó a surtir de munición a las FARC y el ELN, estas dos guerrillas y los paramilitares, que tienen aproximadamente otros 5,000 AK, debían conseguirlos los cartuchos en el mercado negro, a un precio que podía llegar a $5.
La escasez y la carestía obligaron a estas organizaciones a restringir al máximo posible el uso de su parque.
Según las fuentes de inteligencia consultadas, las FARC compran la munición venezolana a precios que no superan 50 centavos por unidad y ''hay indicios'' que también ``reciben suministros gratis''.
La mayor parte de la munición 7.62 x 39mm de las FARC y el ELN provenientes de Venezuela e incautadas en Colombia han caído principalmente en los fronterizos departamentos colombianos de Norte de Santander y Arauca, aseguraron las fuentes de inteligencia militares consultadas, que pidieron no ser identificadas porque no estaban autorizadas a comentar sobre el tema.
Uno de los primeros decomisos, de 8,500 cartuchos de munición 7.62 x 39. supuestamente venezolano cayó en poder de la Policía en mayo del 2006.
El mayor decomiso de municiones supuestamente venezolanas para fusiles AK practicado últimamente por el Ejército colombiano fue de medio millón de proyectiles, cerca al pueblo de El Billar, departamento de Caquetá.
Este golpe, en que también se incautó munición de otros calibres, aniquiló en el 2005 la capacidad de fuego del poderoso Bloque Sur, comandado por ''Joaquín Gómez'', que ha vuelto a usar sus fusiles AK con munición que ``se cree que está llegado de Venezuela''.
En el 2005, por orden del presidente Hugo Chávez, el Ministerio de Defensa de Venezuela compró 100,000 fusiles automáticos AK-103 y AK-104 y municiones --en cantidades no reveladas--, a la firma rusa Rosoboronexport, que ya ha recibido en su totalidad.
Próximamente, además de la fábrica de municiones, entrará en funcionamiento en Venezuela una planta de ensamblaje de fusiles AK-103 con capacidad para producir cerca de 25,000 unidades al año.
Chávez optó por comprar el parque AK-103 y 104 frente a otros productos bélicos que utilizan los principales ejércitos regulares en el mundo.
El Plan de Consolidación Estratégica de las Fuerzas Armadas 1998-2007, un informe oficial secreto que determinaba el tipo de armamentos que debería tener Venezuela, consideraba que el parque existente de los viejos fusiles belgas FAL, calibre 7.62 x 51mm, debían sustituirse por un arma moderna calibre 5.56 x 45mm, por tener mejor alcance, precisión y maniobrabilidad en el combate.
Tan pronto se adoptó la decisión de adquirir fusiles modernos calibre 5.56 x 45mm, la Dirección de Armamento de las Fuerzas Armadas Nacionales (DARFA) invitó a 17 compañías de todo el mundo a presentar sus fusiles automáticos. Nueve firmas lo hicieron: el FN FNC, belga, que ya se usa en Suecia e Indonesia; los modernos AK-101 y AK-102, versiones mejoradas del AK; el versátil AUG australiano, que ya usaba la policía secreta venezolana; los Galil AR y SAR NATO, israelíes, entre otros.
Sin embargo, el propio Chávez rechazó la amplia gama de modernos y versátiles fusiles calibre 5.56mm y tomó la decisión de comprar los modelos AK-103, versión estándar, y AK-104, versión compacta, ambos calibre 7.62 x 39mm.
Este tipo de munición sólo la siguen usando los ejércitos más atrasados del Tercer Mundo y grupos irregulares, como las FARC, el ELN o Sendero Luminoso.
Chávez renovó cerca de 60,000 fusiles FAL calibre 7.62 x 51mm que Venezuela había comprado a Bélgica en los años 50 y 60. Otros fueron fabricados por CAVIM en los años 70.
Se cree que algunos FAL que recientemente han sido encontrados en poder de las FARC con los números de serie borrados también provienen de Venezuela.