El servicio de microblogueo Twitter está siendo usado para abrir las puertas a los quirófanos, de manera que los familiares —y también cualquier extraño conectado a la red— puedan seguir el progreso de una cirugía mientras el paciente la está viviendo.
La familia Cleary siguió la operación de Monna, de 70 años, desde una sala de espera, con una computadora portátil. Una de sus nueras se mantuvo al tanto desde su trabajo.
“Es información en tiempo real, en lugar de estar sentado sin saber nada en la sala de espera”, dijo Joe Cleary, hijo de la paciente, horas después de la operación en el Hospital Saint Luke de Cedar Rapids, Iowa.
“Ayudó a que pasara el tiempo”, agregó Cleary, que siguió los mensajes junto a su hermano, dos hermanas y una cuñada. “Todos sentimos que fue una experiencia positiva”.
Monna Cleary estuvo de acuerdo con que Sarah Corizzo, vocera del hospital, publicara paso a paso el procedimiento de su histerectomía y cirugía de prolapso uterino en Twitter, red social que permite publicar mensajes de no más de 140 caracteres.
Desde una computadora ubicada afuera de la zona esterilizada del quirófano, Corizzo mandó más de 300 mensajes durante más de tres horas. Casi 700 personas recibieron los mensajes. Ocho mandaron preguntas sobre el procedimiento y un familiar de la paciente comentó lo fascinante que era poder seguir la operación.
La meta principal del experimento fue educacional, dijo Corizzo, pero también sirvió para mantener a la familia informada.
La idea nació luego de que una operación similar fue transmitida en video por internet hace unos meses.
“Mucha gente quisiera entrar al quirófano y saber qué pasa pero no quieren las imágenes”, dijo otra vocera, Laura Rainey. “Esta es una forma más sutil de informar a los pacientes y los consumidores”.
Esta no fue la primera cirugía transmitida por Twitter, ya que un hospital de Dallas narró la operación en un padre donó un riñón a su hijo y otro en Detroit también ha relatado varias operaciones.
Amanda Gillbret, esposa del donante de riñón, dijo que la ayudó poder seguir la operación de su marido mientras ella estaba en otro hospital con el hijo de ambos.
“Me dio mucha paz y era reconfortante saber qué estaba pasando”, dijo.
Cuando la operación de Monna Cleary terminó, Corrizo mandó un último mensaje, destinado para la familia de la paciente: “Ella está muy bien. Los verá pronto”.
La familia Cleary siguió la operación de Monna, de 70 años, desde una sala de espera, con una computadora portátil. Una de sus nueras se mantuvo al tanto desde su trabajo.
“Es información en tiempo real, en lugar de estar sentado sin saber nada en la sala de espera”, dijo Joe Cleary, hijo de la paciente, horas después de la operación en el Hospital Saint Luke de Cedar Rapids, Iowa.
“Ayudó a que pasara el tiempo”, agregó Cleary, que siguió los mensajes junto a su hermano, dos hermanas y una cuñada. “Todos sentimos que fue una experiencia positiva”.
Monna Cleary estuvo de acuerdo con que Sarah Corizzo, vocera del hospital, publicara paso a paso el procedimiento de su histerectomía y cirugía de prolapso uterino en Twitter, red social que permite publicar mensajes de no más de 140 caracteres.
Desde una computadora ubicada afuera de la zona esterilizada del quirófano, Corizzo mandó más de 300 mensajes durante más de tres horas. Casi 700 personas recibieron los mensajes. Ocho mandaron preguntas sobre el procedimiento y un familiar de la paciente comentó lo fascinante que era poder seguir la operación.
La meta principal del experimento fue educacional, dijo Corizzo, pero también sirvió para mantener a la familia informada.
La idea nació luego de que una operación similar fue transmitida en video por internet hace unos meses.
“Mucha gente quisiera entrar al quirófano y saber qué pasa pero no quieren las imágenes”, dijo otra vocera, Laura Rainey. “Esta es una forma más sutil de informar a los pacientes y los consumidores”.
Esta no fue la primera cirugía transmitida por Twitter, ya que un hospital de Dallas narró la operación en un padre donó un riñón a su hijo y otro en Detroit también ha relatado varias operaciones.
Amanda Gillbret, esposa del donante de riñón, dijo que la ayudó poder seguir la operación de su marido mientras ella estaba en otro hospital con el hijo de ambos.
“Me dio mucha paz y era reconfortante saber qué estaba pasando”, dijo.
Cuando la operación de Monna Cleary terminó, Corrizo mandó un último mensaje, destinado para la familia de la paciente: “Ella está muy bien. Los verá pronto”.