Rubby Pérez iba en compañía de su hija Zulinka y el esposo de esta, que como ella es corista de la orquesta que lidera el popular artista.
Refirió que tras su regreso del Cibao hacia la capital les invadió el temor de que les sucediera lo mismo al pasar próximo a Bonao, pero debido al fuerte aguacero que caía en ese momento le salvó de los vándalos, que aparentemente se guarecían por el mal tiempo.