Tras hacerse público el aplazamiento de las negociaciones entre los representantes de Micheletti, presidente del Gobierno «de facto» hondureño, y Zelaya, presidente depuesto tras el golpe de Estado del pasado 28 de junio; se ha generado una oleada de reacciones.
La delegación de Zelaya defiende la propuesta de Óscar Arias, presidente de Costa Rica y mediador en las negociaciones. Su propuesta prevé la restitución de Zelaya y el cumplimiento de su mandato, que concluye en enero de 2010, condición que consideran «innegociable».
Sin embargo, la delegación de Micheletti considera «inaceptable» la propuesta de retorno de Zelaya realizada por Arias, al considerarla vulneradora del derecho interno hondureño. Esta postura ha sido tomada como una falta de predisposición a las negociaciones, ante lo que los representantes de Zelaya, encabezados por Dizzi Moncada, jefa de la delegación de Zelaya, anunció el fin del diálogo «con esta comisión, con este Gobierno 'de facto'» fruto de un golpe de Estado que «mantiene al Gobierno constitucional (de Zelaya) prácticamente en el exilio».
A pesar de ello, Zelaya ha declarado a los medios que está dispuesto a dejar «la puerta abierta para la diplomacia y el diálogo» aunque con un nuevo equipo de representantes por parte de Micheletti. Arias ha hecho lo propio al afirmar que seguirá mediando dentro de tres días con la finalidad de alcanzar una solución. Zelaya ha vuelto a manifestar su deseo de volver a Honduras, «ya que nadie puede detenerme. Soy hondureño y es mi derecho». Sin embargo, acata el nuevo plazo de Arias de 72 horas antes antes de emprender un posible retorno a su país.
La delegación de Zelaya defiende la propuesta de Óscar Arias, presidente de Costa Rica y mediador en las negociaciones. Su propuesta prevé la restitución de Zelaya y el cumplimiento de su mandato, que concluye en enero de 2010, condición que consideran «innegociable».
Sin embargo, la delegación de Micheletti considera «inaceptable» la propuesta de retorno de Zelaya realizada por Arias, al considerarla vulneradora del derecho interno hondureño. Esta postura ha sido tomada como una falta de predisposición a las negociaciones, ante lo que los representantes de Zelaya, encabezados por Dizzi Moncada, jefa de la delegación de Zelaya, anunció el fin del diálogo «con esta comisión, con este Gobierno 'de facto'» fruto de un golpe de Estado que «mantiene al Gobierno constitucional (de Zelaya) prácticamente en el exilio».
A pesar de ello, Zelaya ha declarado a los medios que está dispuesto a dejar «la puerta abierta para la diplomacia y el diálogo» aunque con un nuevo equipo de representantes por parte de Micheletti. Arias ha hecho lo propio al afirmar que seguirá mediando dentro de tres días con la finalidad de alcanzar una solución. Zelaya ha vuelto a manifestar su deseo de volver a Honduras, «ya que nadie puede detenerme. Soy hondureño y es mi derecho». Sin embargo, acata el nuevo plazo de Arias de 72 horas antes antes de emprender un posible retorno a su país.