
Pero Zelaya permanece en suelo nicaragüense mientras centenares de militares esperan apostados en territorio hondureño. El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, ha pedido al depuesto mandatario que desista de su propósito porque ocasionará más violencia. Micheletti ordenó ayer el toque de queda en las inmediaciones de la frontera para impedir que los simpatizantes de Zelaya acudan a su encuentro.
Después de esta orden, hay soldados y policías apostados en las carreteras que dan acceso a los puestos fronterizos, en especial la ciudad aduanera de Las Manos, a unos 100 kilómetros al sureste de Tegucigalpa. El paso hacia esa localidad ha sido suspendido lo que obligó a cientos de simpatizantes de Zelaya a trasladarse al municipio de El Paraíso.