La ley, que cuenta con la oposición de la oposición de izquierdas y de parte de los diputados de la mayoría conservadora, salió adelante con 296 votos a favor y 233 en contra.
El Partido Socialista anunció que recurrirá el texto ante el Consejo Constitucional. El punto más polémico de la ley es el relativo a la sanciones previstas contra los internautas que se descarguen archivos de forma ilegal. Para ellos, establece un dispositivo progresivo de sanciones que llega hasta la suspensión del acceso a internet durante dos años, sin que por ello el afectado deba dejar de pagar ese servicio.
Esa "doble pena" ha causado un gran revuelo entre los internautas franceses, temerosos de verse sancionados tanto por ser privados de acceso a internet como por tener que seguir pagando por el mismo. También ha sido ese el principal caballo de batalla de la oposición de izquierdas, pese a que con ello se ha ganado las críticas de artistas e intelectuales progresistas.