Aquí vemos como Ortiz posa alegremente ante las cámaras y en su rostro se nota la felicidad demostrando que no es un hombre de rencores y reconfirmando que cree en el talento de sus campaneros de arte.
Ante se creía que existían algún tipo de diferencias con El Prodigio o con sus antiguos socios, resultando ser falsas especulaciones, ya que sabemos que en el corazón de Querube solo hay espacio para la música y no para el Rencor.
