Dominicanas explican porque no usan condón, segun estudio
En Santo Domingo las mujeres no exigen el uso del condón por miedo a perder el apoyo financiero de su pareja que vive en Nueva York. Mientras que en Nueva York, el problema es no saber como traer el tema de conversación, se explica en El Diario La Prensa de Los Angeles, reproducido por un portal digital.
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A continuación lo publicado por el medio de Los Angeles
Para dominicanas hablar de sexo es de vida o muerte
Nueva York.-Para las mujeres dominicanas, hablar de sexo se ha convertido en un tema de vida o muerte, no de amor.
La salud sexual de las mujeres dominicanas en Nueva York y en República Dominicana ha tomado relevancia, ya que según estudios, El Caribe está en segundo lugar en número casos de VIH/sida en el mundo, después del África subsahariana, y en la región, República Dominicana está en segundo lugar después de Haití.
En Nueva York, si se tiene en cuenta que hoy más mujeres que hombres están emigrando de República Dominicana a Nueva York, la salud sexual de estas mujeres, su atención médica y la planificación de embarazos y abortos son cruciales.
Para la mujer dominicana, estar enamorada, casada o con una pareja estable dejó de ser la clave para protegerse del VIH/sida y otras enfermedades venéreas, según revela un nuevo estudio hecho por el instituto Margarte Center International, la división internacional de Planned Parenthood de Nueva York, que se publicara en otoño.
Un total de 22 mujeres en Santo Domingo, la capital dominicana, y 12 en Washington Heights relataron sus experiencias sexuales a los autores del estudio titulado “Con un pie en dos islas: La salud sexual y reproductiva de las mujeres dominicanas de Santo Domingo y la ciudad de Nueva York”.
Entre los factores que determinan el comportamiento sexual de las dominicanas se halla su situación económica, la migración, la tradición de automedicarse, el machismo, y el sistema de salud, según el estudio.
“Los hombres hispanos no son fieles, están con todas, la responsabilidad de cuidarnos está en nosotras”, asegura Dana, una joven dominicana de 16 años de Washington Heights.
“Las mujeres se enamoran y piensan que van a estar bien, después es que las sorpresas salen al aire. O es un embarazo o es una enfermedad”, agrega Emily, de 18 años.
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A continuación lo publicado por el medio de Los Angeles
Para dominicanas hablar de sexo es de vida o muerte
Nueva York.-Para las mujeres dominicanas, hablar de sexo se ha convertido en un tema de vida o muerte, no de amor.
La salud sexual de las mujeres dominicanas en Nueva York y en República Dominicana ha tomado relevancia, ya que según estudios, El Caribe está en segundo lugar en número casos de VIH/sida en el mundo, después del África subsahariana, y en la región, República Dominicana está en segundo lugar después de Haití.
En Nueva York, si se tiene en cuenta que hoy más mujeres que hombres están emigrando de República Dominicana a Nueva York, la salud sexual de estas mujeres, su atención médica y la planificación de embarazos y abortos son cruciales.
Para la mujer dominicana, estar enamorada, casada o con una pareja estable dejó de ser la clave para protegerse del VIH/sida y otras enfermedades venéreas, según revela un nuevo estudio hecho por el instituto Margarte Center International, la división internacional de Planned Parenthood de Nueva York, que se publicara en otoño.
Un total de 22 mujeres en Santo Domingo, la capital dominicana, y 12 en Washington Heights relataron sus experiencias sexuales a los autores del estudio titulado “Con un pie en dos islas: La salud sexual y reproductiva de las mujeres dominicanas de Santo Domingo y la ciudad de Nueva York”.
Entre los factores que determinan el comportamiento sexual de las dominicanas se halla su situación económica, la migración, la tradición de automedicarse, el machismo, y el sistema de salud, según el estudio.
“Los hombres hispanos no son fieles, están con todas, la responsabilidad de cuidarnos está en nosotras”, asegura Dana, una joven dominicana de 16 años de Washington Heights.
“Las mujeres se enamoran y piensan que van a estar bien, después es que las sorpresas salen al aire. O es un embarazo o es una enfermedad”, agrega Emily, de 18 años.