Ramírez se convirtió en el 24º pelotero en alcanzar la marca de los 500 jonrones el sábado en el partido ante los Orioles de Baltimore. Entre los bateadores derechos, arrancó esta campaña en el quinto lugar de todos los tiempos en jonrones por turno al bate, ponchando un promedio de uno cada 14.4 turnos. En carreras remolcadas, Ramírez ocupa el cuarto lugar entre los derechos de todos los tiempos.
Nombra cualquier categoría ofensiva y Ramírez encabeza la lista o se encuentra en el selecto grupo de líderes.
¿Porcentaje de slugging? El mejor entre los jugadores activos y cuarto entre los bateadores derechos de todos los tiempos.
¿OPS? Primero entre los jugadores activos y quinto entre los bateadores derechos de todos los tiempos.
Ningún bateador derecho ha conectado más grand slams. Nadie --ni derecho ni zurdo-- ha conectado más jonrones en postemporada.
Su racha de campañas de 30 jonrones y 100 carreras remolcadas quedó en nueve en el 2007, cuando se perdió gran parte del último mes debido a una lesión en el músculo oblicuo. Tan pronto como en el 2009, podría unirse a Lou Gehrig y Jimmie Foxx al registrar la mayor cantidad de temporadas con 100 empujadas en una trayectoria profesional (13).
Ha ganado un título de bateo y una corona de carreras empujadas. Ha tenido cinco temporadas de 40 jonrones, cinco de 100 carreras y siete en las que compiló un OPS de 1.000 o más.
Y ha logrado todas estas cosas a fuerza de trabajo.
En contraste con la percepción popular de que Ramírez es alguna clase de erudito al bate que ha marcado números increíbles gracias a su talento natural, lo cierto es que éste se ha ganado su estatus con trabajo.
Mientras que su forma de vivir es definitivamente casual y relajada, su forma de batear es estudiada y determinada. Ramírez estudia más videos que cualquier otro bateador de los Medias Rojas de Boston , analizando su swing con una precisión que haría a Ted Williams desvanecerse de admiración. ¿Quién hubiera dicho que Ramírez también sería un estudiante de la ciencia de bateo?
Tal vez la ética de trabajo de Ramírez no sea tan reconocida porque gran parte de su preparación no se ve. Cuando está de visitante, suele empezar a entrenar a las 10 a.m. antes de regresar al hotel para tomar una siesta.
Generalmente, estudia videos a puerta cerrada, con tiempo y privacidad para analizar al siguiente lanzador contrario y su catálogo de turnos al bate pasados ante dicho lanzador.
Como el estudiante que ha memorizado el contenido de un examen, Ramírez llega al parque con una sensación de tranquilidad y confianza. Podrá ser frívolo e impredecible fuera del campo de juego, pero no hay sorpresas cuando entra en la caja de bateo.