Voto hispano, clave en el Súper Martes
Más de la mitad de los improvisados tertulianos se registraron para votar en este Súper Martes. Quieren participar en este proceso, se sienten importantes y más cortejados que nunca. Y advierten que, aunque todo el mundo anticipa que van a votar por Hillary Clinton, puede haber sorpresas.Según datos del New Democratic Network, un organismo especializado en la materia, las solicitudes de ciudadanía por parte de los hispanos crecieron en el conjunto del país en el último mes un 60 por ciento; en Los Ángeles, un 110 por ciento.Espoleados por la fuerte campaña contra los inmigrantes desarrollada por el Partido Republicano y animados por la competencia dentro del Partido Demócrata, los hispanos, que fueron el 4 por ciento de los votantes en las primarias de 2004, pueden ser decisivos hoy.Dos horas al díaAlberto Rivera, un administrativo y estudiante que nunca había participado en unas elecciones, está convertido hoy en un activista de Barack Obama en Santa Ana. Dedica más de dos horas todos los días a visitar domicilios, repartir propaganda y hacer llamadas telefónicas a favor de su candidato."Nadie me cree, pero estoy convencido de que vamos a ganar", asegura.Xavier Becerra, un miembro del Congreso por California y también simpatizante de Obama, no comparte tanto optimismo, pero cree que "si hubiéramos tenido un poco más de tiempo o si Obama hubiera podido dedicar más tiempo a California, hubiéramos podido dar la vuelta a la situación".Lealtad con ClintonLa situación, hoy por hoy, sigue favoreciendo a Hillary Clinton, que obtuvo tres veces más votos que Obama entre los latinos en las recientes primarias de Nevada y tenía hasta hace pocas semanas una ventaja similar en las encuestas en California, donde casi una cuarta parte de los potenciales electores son hispanos, y en los demás Estados (Colorado, Nuevo México, Arizona, Nueva York y Nueva Jersey) en los que los votantes de origen español constituyen un porcentaje relevante."Muchos hispanos se sienten obligados con los Clinton, por el recuerdo de la gestión de Bill Clinton y por lealtad con las estructuras tradicionales del partido", afirma Jorge Mariscal, director de una cátedra de asuntos hispanos en la Universidad de California en San Diego.Dolores Huerta, dirigente del sindicato de campesinos, compañera del legendario líder hispano de los años sesenta César Chávez, y una de las voces más autorizadas de la comunidad, es un ejemplo de eso. Tanto ella como otras figuras hispanas asentadas en las estructuras del Partido Demócrata -el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa o el ex ministro Henry Cisneros-, así como los inmigrantes de más edad, están del lado de Clinton.