
El uso de biocombustibles está aumentando a medida que los países desarrollados tratan de reducir su dependencia al petróleo extranjero y de disminuir las emisiones de dióxido de carbono, pero para quienes lo critican esto ha llevado a una escasez de granos y a un encarecimiento de las materias primas.
"La demanda de los países ricos por más biocombustibles para su transporte está provocando la escalada de la producción y la inflación de los alimentos", dijo Rob Bailey, asesor de Oxfam para políticas de biocombustibles.
"Las reservas de granos están ahora en su mínimo histórico", agregó.
Oxfam - una organización internacional de promoción del desarrollo y lucha contra el hambre - pidió a los países ricos que desmantelen los subsidios para biocombustibles y reduzcan los aranceles a la importación.
"Los países ricos gastaron hasta 15.000 millones de dólares (unos 9.700 millones de euros) el año pasado para apoyar a los biocombustibles bloqueando el más barato etanol brasileño, que es mucho menos dañino para la seguridad alimentaria global", señala el informe.
"La demanda de los países ricos por más biocombustibles para su transporte está provocando la escalada de la producción y la inflación de los alimentos", dijo Rob Bailey, asesor de Oxfam para políticas de biocombustibles.
"Las reservas de granos están ahora en su mínimo histórico", agregó.
Oxfam - una organización internacional de promoción del desarrollo y lucha contra el hambre - pidió a los países ricos que desmantelen los subsidios para biocombustibles y reduzcan los aranceles a la importación.
"Los países ricos gastaron hasta 15.000 millones de dólares (unos 9.700 millones de euros) el año pasado para apoyar a los biocombustibles bloqueando el más barato etanol brasileño, que es mucho menos dañino para la seguridad alimentaria global", señala el informe.