Pepe Ortega, llamado afectuosamente por sus amigos "El Gallego'', nació el 27 de octubre de 1929, en La Habana, Cuba.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Jesuita de Belén, en la capital cubana y se graduó de Ciencias Comerciales en la Universidad de La Habana.
Tras fallecer su padre y siendo aún muy joven, comenzó a trabajar en F. Bonet y Cía, un negocio familiar dedicado a la distribución de alimentos.
Pero haciendo gala de su don natural de empresario abrió el primer negocio de acondicionadores de aire para automóviles. "Era muy joven y ya tenía inquietudes de empresario, mucha creatividad para los negocios'', dijo su hijo José Antonio Ortega. ‘‘Creó la primera empresa en Cuba de venta e instalación de acondicionadores de aire para autos y muy pronto se hizo de una buena clientela'', agregó.
En abril de 1954 se casó con Lucila Galvis Gómez-Plata, una joven colombiana que estudiaba en La Habana, con quien tuvo dos hijos, María Elena y José Antonio.
Pepe Ortega salió de Cuba en 1960 con su esposa y sus hijos.
Después de una breve estadía en Colombia, se estableció en Puerto Rico en 1963, donde comenzó una carrera exitosa en el sector de alimentos, que culminó con la fundación de Sazón Goya, en sociedad con la familia Unanue, dueños de Goya Foods.
En 1976 "Pepe'' Ortega se trasladó con su familia a Miami, donde siguió liderando su compañía e impulsándola a alcanzar nuevas metas de ventas y crecimiento, que continuó hasta su muerte.
Los productos de Sazón Goya se usan en la gran mayoría de los hogares hispanos en Estados Unidos y Puerto Rico.
"Mi padre siguió vinculado a la empresa hasta sus últimos días'', expresó María Elena Ortega de Wollberg, su hija.
Padre cariñoso, compartió innumerables viajes con sus hijos, a quienes inculcó el valor del esfuerzo y la honestidad.
"Nos deja un legado inmenso. De amor, de esfuerzo, de integridad, de generosidad'', expresó su hijo José Antonio Pepe Jr.
Pepe Ortega fue un comprometido y anónimo filántropo. Entre sus principales beneficiarios figuran el Centro Mater, la Liga contra el Cáncer, Hospital Mercy y las becas estudiantiles José Martí.
"Para nosotros ha sido un angel guardián a través de toda la historia de esta obra. Nos ha ayudado no sólo con dinero, sino con orientación y consejos'', afirmó Miriam Román, directora ejecutiva del Centro Mater.
Era un hombre de excelente humor y será recordado por quienes le conocían por su agudeza intelectual, su chispa, su sencillez, su trato afectuoso y su generosidad.
Pepe Ortega disfrutaba pescar, cocinar, viajar, jugar dominó y, especialmente, seguir en detalle los esfuerzos de los Marlins por llegar al playoffs.
Apasionado de la lectura, era capaz de expresar y defender sus opiniones sobre una amplia gama de temas y con frecuencia lo hacía.
"Fue un hombre extremadamente sencillo, que jamás pidió reconocimientos y que de forma anónima contribuyó enormemente a muchas causas, como las becas para los hijos y nietos de los empleados de Sazón CPR'', expresó su amigo por más de 60 años, el Dr. Raúl López, presidente del directorio del Hospital Sister Emmanuel y jefe de Neurología del Hospital Mercy.
Recientemente, tras dejar el cargo de presidente de la Asociación de Propietarios de Gables Estates, en la que sirvió más de 20 años, fue homenajeado y nombrado presidente emérito.
El lunes a las 11 de la mañana se oficiará una misa por su descanso en la Parroquia Epiphany, en 8081 SW 54th CT, desde donde partirá el cortejo fúnebre al cementerio Woodlawn Park North, en 3260 SW 8 St.
Le sobreviven, además de su esposa Lucila y sus hijos, cinco nietos: Ana Mari, José Antonio y Natalia Ortega --hijos de José Antonio Ortega Jr.-- y Patricia y Bobby Wollberg, hijos de María Elena Ortega de Wollberg, su yerno Robert Wollberg y su nuera Ana González de Ortega.
En lugar de flores, la familia sugiere que se hagan donaciones a la Fundación Centro Mater y a la Liga contra el Cáncer.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Jesuita de Belén, en la capital cubana y se graduó de Ciencias Comerciales en la Universidad de La Habana.
Tras fallecer su padre y siendo aún muy joven, comenzó a trabajar en F. Bonet y Cía, un negocio familiar dedicado a la distribución de alimentos.
Pero haciendo gala de su don natural de empresario abrió el primer negocio de acondicionadores de aire para automóviles. "Era muy joven y ya tenía inquietudes de empresario, mucha creatividad para los negocios'', dijo su hijo José Antonio Ortega. ‘‘Creó la primera empresa en Cuba de venta e instalación de acondicionadores de aire para autos y muy pronto se hizo de una buena clientela'', agregó.
En abril de 1954 se casó con Lucila Galvis Gómez-Plata, una joven colombiana que estudiaba en La Habana, con quien tuvo dos hijos, María Elena y José Antonio.
Pepe Ortega salió de Cuba en 1960 con su esposa y sus hijos.
Después de una breve estadía en Colombia, se estableció en Puerto Rico en 1963, donde comenzó una carrera exitosa en el sector de alimentos, que culminó con la fundación de Sazón Goya, en sociedad con la familia Unanue, dueños de Goya Foods.
En 1976 "Pepe'' Ortega se trasladó con su familia a Miami, donde siguió liderando su compañía e impulsándola a alcanzar nuevas metas de ventas y crecimiento, que continuó hasta su muerte.
Los productos de Sazón Goya se usan en la gran mayoría de los hogares hispanos en Estados Unidos y Puerto Rico.
"Mi padre siguió vinculado a la empresa hasta sus últimos días'', expresó María Elena Ortega de Wollberg, su hija.
Padre cariñoso, compartió innumerables viajes con sus hijos, a quienes inculcó el valor del esfuerzo y la honestidad.
"Nos deja un legado inmenso. De amor, de esfuerzo, de integridad, de generosidad'', expresó su hijo José Antonio Pepe Jr.
Pepe Ortega fue un comprometido y anónimo filántropo. Entre sus principales beneficiarios figuran el Centro Mater, la Liga contra el Cáncer, Hospital Mercy y las becas estudiantiles José Martí.
"Para nosotros ha sido un angel guardián a través de toda la historia de esta obra. Nos ha ayudado no sólo con dinero, sino con orientación y consejos'', afirmó Miriam Román, directora ejecutiva del Centro Mater.
Era un hombre de excelente humor y será recordado por quienes le conocían por su agudeza intelectual, su chispa, su sencillez, su trato afectuoso y su generosidad.
Pepe Ortega disfrutaba pescar, cocinar, viajar, jugar dominó y, especialmente, seguir en detalle los esfuerzos de los Marlins por llegar al playoffs.
Apasionado de la lectura, era capaz de expresar y defender sus opiniones sobre una amplia gama de temas y con frecuencia lo hacía.
"Fue un hombre extremadamente sencillo, que jamás pidió reconocimientos y que de forma anónima contribuyó enormemente a muchas causas, como las becas para los hijos y nietos de los empleados de Sazón CPR'', expresó su amigo por más de 60 años, el Dr. Raúl López, presidente del directorio del Hospital Sister Emmanuel y jefe de Neurología del Hospital Mercy.
Recientemente, tras dejar el cargo de presidente de la Asociación de Propietarios de Gables Estates, en la que sirvió más de 20 años, fue homenajeado y nombrado presidente emérito.
El lunes a las 11 de la mañana se oficiará una misa por su descanso en la Parroquia Epiphany, en 8081 SW 54th CT, desde donde partirá el cortejo fúnebre al cementerio Woodlawn Park North, en 3260 SW 8 St.
Le sobreviven, además de su esposa Lucila y sus hijos, cinco nietos: Ana Mari, José Antonio y Natalia Ortega --hijos de José Antonio Ortega Jr.-- y Patricia y Bobby Wollberg, hijos de María Elena Ortega de Wollberg, su yerno Robert Wollberg y su nuera Ana González de Ortega.
En lugar de flores, la familia sugiere que se hagan donaciones a la Fundación Centro Mater y a la Liga contra el Cáncer.