En la esquina del tradicional restaurante Versailles, los ánimos se desbordaron y las opiniones se dividieron claramente de acuerdo a diferencias generacionales.
Con banderas de Cuba en sus manos, los jóvenes gritaban "¡Viva Juanes!'' mientras que frente a ellos exiliados cubanos de mayor edad, convocados por la organización anticastrista Vigilia Mambisa, expresaban su rechazo al evento y gritaban proclamas, levantando carteles que pedían la libertad de Cuba.
"¡Estoy en contra!'', gritó enfurecida, Matilde Correa, de 65 años, mientras no quitaba la vista a los jóvenes que exclamaban a coro: "¡Juanes, Juanes!''
"Cien por ciento estoy con Juanes. Por su valentía y su amor a Cuba'', dijo con lágrimas en los ojos Diosele Muñoz, un muchacho cubano de 18 años.
"¡Estamos con él [Juanes]!'', exclamó agitando una pequeña bandera cubana la adolescente Yanisel Ortegosa, de 16 años. "Porque todos queremos la paz''.
A medida que pasaba el tiempo, más y más personas se sumaban a ambos grupos, en aceras opuestas de la avenida 36, esquina a la Calle Ocho del SW, en La Pequeña Habana.
Casi sin voz, y en medio de un mar de fragmentos de discos compactos y fotos de Juanes rotos por una aplanadora, Miguel Saavedra, el presidente de Vigilia Mambisa, seguía minuto a minuto la manifestación.
"Esto ha sido lo más grande que se ha visto'', expresó Saavedra.‘‘El 80 por ciento del pueblo cubano en Miami ha reaccionado contra el concierto. Sólo el 20 por ciento lo ha apoyado. Pero todos queremos la libertad de Cuba'', dijo Saavedra.
"Juanes traidor, amigo de Fidel Castro'', decía una de las pancartas de miembros de Vigilia Mambisa.
"Estoy aquí por la libertad de Cuba'', manifestó Maritza Rodríguez, una cubana de 59 años.
Agentes del Departamento de Policía de Miami realizaban esfuerzos por mantener el orden y el tráfico estaba prácticamente paralizado.
"Esta gente son extremistas. En Miami los que están contra el concierto son muy pocos'', dijo Camilo Hernández, un joven cubano residente en La Pequeña Habana.
La diferencias entre unos y otros generaron en un momento un breve enfrentamiento con empujones e intercambio de insultos que exigió la intervención de la policía. Una persona no identificada fue arrestada.
"Es algo totalmente iluso pensar que en un país aplastado por una tiranía de 50 años, unos músicos vestidos de blanco puedan hacer un cambio con sus canciones'', declaró Calixto García, de 52 años y originario de Güines, Cuba, quien observaba el concierto en su residencia, en Miami.
Marta Bacallao, de La Habana, también reaccionó al concierto que siguió desde su casa, en Miami.
"Yo creo que los músicos se mantuvieron en un nivel profesional, aunque no creo que el concierto vaya a representar un cambio en Cuba'', dijo.
A Elena Chomat, de 78 años, le sorprendió que algunas canciones tuvieran un mensaje ‘‘subliminal'' para el pueblo cubano.
"Pero esto sólo fue un paréntesis para la terrible realidad de los cubanos'', dijo.
Miembros de otras comunidades de Miami también comentaron sus impresiones sobre el megaconcierto de la Plaza de la Revolución.
"Definitivamente, un momento histórico y maravilloso para Cuba. Una expresión artística, un llamado a la paz, que no debe politizarse'', subrayó Waldo Pérez, peruano, de 45 años.
Alex Valenzuela, un chileno de 58 años, dijo que le parecía una iniciativa justa para el pueblo de Cuba, "que está recibiendo un mensaje de paz, reconciliación y hermandad''.
Con banderas de Cuba en sus manos, los jóvenes gritaban "¡Viva Juanes!'' mientras que frente a ellos exiliados cubanos de mayor edad, convocados por la organización anticastrista Vigilia Mambisa, expresaban su rechazo al evento y gritaban proclamas, levantando carteles que pedían la libertad de Cuba.
"¡Estoy en contra!'', gritó enfurecida, Matilde Correa, de 65 años, mientras no quitaba la vista a los jóvenes que exclamaban a coro: "¡Juanes, Juanes!''
"Cien por ciento estoy con Juanes. Por su valentía y su amor a Cuba'', dijo con lágrimas en los ojos Diosele Muñoz, un muchacho cubano de 18 años.
"¡Estamos con él [Juanes]!'', exclamó agitando una pequeña bandera cubana la adolescente Yanisel Ortegosa, de 16 años. "Porque todos queremos la paz''.
A medida que pasaba el tiempo, más y más personas se sumaban a ambos grupos, en aceras opuestas de la avenida 36, esquina a la Calle Ocho del SW, en La Pequeña Habana.
Casi sin voz, y en medio de un mar de fragmentos de discos compactos y fotos de Juanes rotos por una aplanadora, Miguel Saavedra, el presidente de Vigilia Mambisa, seguía minuto a minuto la manifestación.
"Esto ha sido lo más grande que se ha visto'', expresó Saavedra.‘‘El 80 por ciento del pueblo cubano en Miami ha reaccionado contra el concierto. Sólo el 20 por ciento lo ha apoyado. Pero todos queremos la libertad de Cuba'', dijo Saavedra.
"Juanes traidor, amigo de Fidel Castro'', decía una de las pancartas de miembros de Vigilia Mambisa.
"Estoy aquí por la libertad de Cuba'', manifestó Maritza Rodríguez, una cubana de 59 años.
Agentes del Departamento de Policía de Miami realizaban esfuerzos por mantener el orden y el tráfico estaba prácticamente paralizado.
"Esta gente son extremistas. En Miami los que están contra el concierto son muy pocos'', dijo Camilo Hernández, un joven cubano residente en La Pequeña Habana.
La diferencias entre unos y otros generaron en un momento un breve enfrentamiento con empujones e intercambio de insultos que exigió la intervención de la policía. Una persona no identificada fue arrestada.
"Es algo totalmente iluso pensar que en un país aplastado por una tiranía de 50 años, unos músicos vestidos de blanco puedan hacer un cambio con sus canciones'', declaró Calixto García, de 52 años y originario de Güines, Cuba, quien observaba el concierto en su residencia, en Miami.
Marta Bacallao, de La Habana, también reaccionó al concierto que siguió desde su casa, en Miami.
"Yo creo que los músicos se mantuvieron en un nivel profesional, aunque no creo que el concierto vaya a representar un cambio en Cuba'', dijo.
A Elena Chomat, de 78 años, le sorprendió que algunas canciones tuvieran un mensaje ‘‘subliminal'' para el pueblo cubano.
"Pero esto sólo fue un paréntesis para la terrible realidad de los cubanos'', dijo.
Miembros de otras comunidades de Miami también comentaron sus impresiones sobre el megaconcierto de la Plaza de la Revolución.
"Definitivamente, un momento histórico y maravilloso para Cuba. Una expresión artística, un llamado a la paz, que no debe politizarse'', subrayó Waldo Pérez, peruano, de 45 años.
Alex Valenzuela, un chileno de 58 años, dijo que le parecía una iniciativa justa para el pueblo de Cuba, "que está recibiendo un mensaje de paz, reconciliación y hermandad''.