Cuba es un país que ha sobrevivido la peor y más larga dictadura en la historia de este hemisferio, por lo tanto es imposible obviar la política en todo lo cubano. Es aún menos posible pretender que este concierto no tenga ninguna connotación política cuando el autodenominado organizador del evento es Amaury Pérez, uno de los artistas más emblemáticos de la dictadura de los Castro. También uno de los participantes es Silvio Rodríguez, tal vez el más conocido de los cantantes que apoyan la tiranía y miembro de la Asamblea del Poder Popular.
Lo que realmente deja un mal sabor en mi boca y en la de muchos de mis compatriotas, es lo que se puede considerar como una doble moral. Si la carrera de Juanes se hubiera desarrollado en la década de los ochenta ¿hubiera propuesto un “Paz sin Fronteras” en Santiago durante la dictadura de Augusto Pinochet? ¿Habría cantado por la paz en Chile abrazándose en el escenario con artistas que apoyaban al régimen? ¿Hubiera propuesto lo mismo en Cape Town a principio de los noventa cuando el apartheid estaba en su apogeo y Nelson Mandela se podría en la cárcel? ¿Se atrevería Juanes a cantar por la paz en África del Sur y elevar su voz junto a los cantantes “blanquitos” que defendían ése sistema? Pues bien, mientras él esté cantando en la Plaza de la “Robolución” abrazándose con Silvio y Amaury Pérez, hay cubanos como Oscar Elías Biscet, José Daniel Ferrer, Librado Linares y otros cientos de presos políticos que se pudren en las cárceles cubanas sin ninguna otra culpabilidad que levantar la voz en contra del gobierno.
Si las cosas salen como yo quisiera, Juanes iría a cantar a Cuba con otros artistas por la paz, sin tocar la política, sin Silvio ni Amaury u otro artista de los que saca la banderita cuando se lo pide el comandante… Y después, si de verdad ama a los cubanos -como lo ha expresado-, decide levantar su voz pidiendo justicia para mi sufrido pueblo y organiza otro concierto: “Libertad sin Fronteras” y busca otras voces que lo sigan… Como dicen en mi país: “¡Qué iluso el guajiro (campesino cubano), siempre pensando en pajaritos preñados”.
Lo que realmente deja un mal sabor en mi boca y en la de muchos de mis compatriotas, es lo que se puede considerar como una doble moral. Si la carrera de Juanes se hubiera desarrollado en la década de los ochenta ¿hubiera propuesto un “Paz sin Fronteras” en Santiago durante la dictadura de Augusto Pinochet? ¿Habría cantado por la paz en Chile abrazándose en el escenario con artistas que apoyaban al régimen? ¿Hubiera propuesto lo mismo en Cape Town a principio de los noventa cuando el apartheid estaba en su apogeo y Nelson Mandela se podría en la cárcel? ¿Se atrevería Juanes a cantar por la paz en África del Sur y elevar su voz junto a los cantantes “blanquitos” que defendían ése sistema? Pues bien, mientras él esté cantando en la Plaza de la “Robolución” abrazándose con Silvio y Amaury Pérez, hay cubanos como Oscar Elías Biscet, José Daniel Ferrer, Librado Linares y otros cientos de presos políticos que se pudren en las cárceles cubanas sin ninguna otra culpabilidad que levantar la voz en contra del gobierno.
Si las cosas salen como yo quisiera, Juanes iría a cantar a Cuba con otros artistas por la paz, sin tocar la política, sin Silvio ni Amaury u otro artista de los que saca la banderita cuando se lo pide el comandante… Y después, si de verdad ama a los cubanos -como lo ha expresado-, decide levantar su voz pidiendo justicia para mi sufrido pueblo y organiza otro concierto: “Libertad sin Fronteras” y busca otras voces que lo sigan… Como dicen en mi país: “¡Qué iluso el guajiro (campesino cubano), siempre pensando en pajaritos preñados”.