Las nueve personas que murieron incluyen a tres miembros de una familia de Pensilvania que viajaban en el avión privado y cinco turistas italianos que iban abordo del helicóptero, así como el piloto del mismo.
Los submarinistas que trabajan en las aguas del río Hudson encontraron también un trozo del helicóptero, un Eurocopter AS350, en el que viajaban los turistas italianos, originarios de Bolonia, y el piloto de Nueva Jersey.
La compañía propietaria del helicóptero identificó al piloto como Jeremy Clark.
Los tripulantes del avión eran Steven Altman, piloto y dueño de la nave; su hermano Daniel y su sobrino Douglas, según fuentes próximas a la investigación consultadas por la cadena CNN.
Los investigadores tratan también hoy de obtener fotografías y vídeo que permitan esclarecer los motivos del accidente, que presenciaron en directo miles de neoyorquinos y turistas que disfrutaban ayer, sábado, del buen tiempo a las orillas del Hudson.
Los botes del Departamento de Policía de Nueva York y los submarinistas del vecino estado de Nueva Jersey que patrullan la zona no han encontrado todavía los restos del avión.
Las autoridades señalaron que las fuertes corrientes en el Hudson y la escasa visibilidad en el río, de tan solo dos o tres pies -entre 60 y 90 centímetros-, frente a una profundidad de unos treinta pies, más de nueve metros, complican las tareas de rescate.
El accidente de ayer es el peor siniestro aéreo en Nueva York desde que en el 2001 un avión comercial se estrelló en el barrio de Queens en un suceso que se cobró la vida de 265 personas.
Los submarinistas que trabajan en las aguas del río Hudson encontraron también un trozo del helicóptero, un Eurocopter AS350, en el que viajaban los turistas italianos, originarios de Bolonia, y el piloto de Nueva Jersey.
La compañía propietaria del helicóptero identificó al piloto como Jeremy Clark.
Los tripulantes del avión eran Steven Altman, piloto y dueño de la nave; su hermano Daniel y su sobrino Douglas, según fuentes próximas a la investigación consultadas por la cadena CNN.
Los investigadores tratan también hoy de obtener fotografías y vídeo que permitan esclarecer los motivos del accidente, que presenciaron en directo miles de neoyorquinos y turistas que disfrutaban ayer, sábado, del buen tiempo a las orillas del Hudson.
Los botes del Departamento de Policía de Nueva York y los submarinistas del vecino estado de Nueva Jersey que patrullan la zona no han encontrado todavía los restos del avión.
Las autoridades señalaron que las fuertes corrientes en el Hudson y la escasa visibilidad en el río, de tan solo dos o tres pies -entre 60 y 90 centímetros-, frente a una profundidad de unos treinta pies, más de nueve metros, complican las tareas de rescate.
El accidente de ayer es el peor siniestro aéreo en Nueva York desde que en el 2001 un avión comercial se estrelló en el barrio de Queens en un suceso que se cobró la vida de 265 personas.