El hecho se produjo el viernes alrededor de las 10, cuando Alberto Ríos limpiaba su unidad y se encontró con el maletín negro. Al abrirlo, vio muchos fajos de dinero y se le cruzó que podía ser de una persona que lo transportaba para su trabajo, como efectivamente sucedió.
"Siempre creí que si encontraba plata no la iba a devolver. Pero cuando vi ese maletín lleno de fajos de billetes no dudé en dárselo a su dueño", contó el chofer de 39 años casado y con cuatro hijos al Diario de Cuyo.
Carlos, un sanjuanino que vive en Santa Fe, se dio cuenta se había olvidado el dinero perteneciente a la empresa para la cual trabaja, que llevó a San Juan para comprar tierras destinadas al cultivo de olivo. El chofer, tras encontrar el maletín con el dinero en pesos, euros y dólares, lo guardó en la gaveta y manejó en dirección a la empresa de transporte, con el fin de entregar el dinero.
Sin embargo, tuvo que pasar por la misma esquina en la que había dejado a Carlos, el dueño del maletín, quien ya se había dado cuenta de su fatal olvido y trataba de ver la forma de localizar el colectivo.
El hombre le hizo señas al transporte y le preguntó al chofer si había encontrado "algo". Ríos le entregó el maletín y el hombre, que cambió rápidamente su cara de asustado por otra de felicidad, lo abrazó y le agradeció con 300 pesos a modo de recompensa.
"Estas son cosas que te ponen a prueba. Yo empecé a trabajar a los 8 años, con mi papá. Siempre me decía que lo que es de uno es de uno, y lo que no, no. Creo que por eso no pensé en dejarme la plata", explicó Ríos después de cumplir su papel solidario.
"Siempre creí que si encontraba plata no la iba a devolver. Pero cuando vi ese maletín lleno de fajos de billetes no dudé en dárselo a su dueño", contó el chofer de 39 años casado y con cuatro hijos al Diario de Cuyo.
Carlos, un sanjuanino que vive en Santa Fe, se dio cuenta se había olvidado el dinero perteneciente a la empresa para la cual trabaja, que llevó a San Juan para comprar tierras destinadas al cultivo de olivo. El chofer, tras encontrar el maletín con el dinero en pesos, euros y dólares, lo guardó en la gaveta y manejó en dirección a la empresa de transporte, con el fin de entregar el dinero.
Sin embargo, tuvo que pasar por la misma esquina en la que había dejado a Carlos, el dueño del maletín, quien ya se había dado cuenta de su fatal olvido y trataba de ver la forma de localizar el colectivo.
El hombre le hizo señas al transporte y le preguntó al chofer si había encontrado "algo". Ríos le entregó el maletín y el hombre, que cambió rápidamente su cara de asustado por otra de felicidad, lo abrazó y le agradeció con 300 pesos a modo de recompensa.
"Estas son cosas que te ponen a prueba. Yo empecé a trabajar a los 8 años, con mi papá. Siempre me decía que lo que es de uno es de uno, y lo que no, no. Creo que por eso no pensé en dejarme la plata", explicó Ríos después de cumplir su papel solidario.
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