Cristianos de Pakistán, atemorizados de ser quemados vivos por radicales musulmanes

La ciudad paquistaní de Gojra, en el norte del país, permanece en tensión entre las protestas de los cristianos días después de que siete de ellos -incluidos tres mujeres y un niño- fueran quemados vivos el pasado sábado después de que una multitud atacara esta ciudad en protesta por una presunta blasfemia. En el atentado resultaron heridas al menos noventa personas.

Al parecer, la violencia comenzó el pasado jueves en Gojra después de un incidente de una profanación contra una copia del Corán durante la ceremonia de una boda. Al suceso le siguieron dos días de violencia en los que una multitud prendió fuego a un gran número de casas, quemando vivos a siete residentes.

Las autoridades gubernamentales han dicho que las investigaciones preliminares muestran que no se produjo una blasfemia sobre el Corán y que se fabricó un "rumor" por parte de "elementos antiestatales" para crear el caos.

La Policía ha registrado una denuncia contra algunos responsables gubernamentales y cerca de ochocientos hombres sin identificar, mientras los líderes de la comunidad cristiana han pedido justicia para los que están detrás de los asesinatos. "Las escuelas cristianas estarán cerradas durante tres días para llorar la muerte de las personas inocentes en Gojra", afirmó el obispo Sadiq Daniel, que dirige la diócesis de Karachi y la provincia de Baluchistán. "No hay prueba de blasfemia, pero si alguien lo ha hecho sólo él, y no toda la comunidad, debería ser castigado", añadió.

Mientras las escuelas cristianas y los colegios en Punjab están cerrados en su mayor parte por las vacaciones de verano, estaba previsto que abrieran este tres de agosto en Karachi, la mayor ciudad del país. La profanación del Corán se castiga con la muerte en Pakistán.
Pakistán es un país predominantemente musulmán, y las minorías religiosas, incluidos los cristianos, suman el cuatro por ciento de la población de 170 millones de personas. Los musulmanes y las minorías suelen vivir en armonía, aunque se han dado ataques esporádicos contra los cristianos desde que el país se convirtió en aliado estadounidense después de los ataques del 11-S