Esta primera audiencia ante la comisión judicial del Senado debe iniciarse a las 10H00 hora local (14H00 GMT), en presencia de los senadores y de 31 testigos que dirán si debe o no ser confirmada en el cargo.
Sotomayor tendrá que responder a un verdadero interrogatorio sobre su pasado, su experiencia, sus escritos de juventud, su equidad y su moral.
Si el nombramiento es confirmado por el Senado, la magistrada de 55 años reemplazará al juez David Souter que se retiró y se convertirá en la novena jueza de la más alta corte estadounidense, garante de la Constitución, que decide importantes cuestiones de la sociedad, tales como el porte de armas o el aborto.
El jurado, durante por lo menos cuatro días oirá a personalidades como el ex director del FBI, Louis Freeh, que la apoya, o Linda Chavez, una militante conservadora.
Los expertos afirman que el resultado está prácticamente decidido, ya que los demócratas tienen, al menos sobre el papel, los 60 votos que necesitan para quebrar cualquier intento de los republicanos de usar tácticas dilatorias para bloquear la nominación.
"No hay duda en este momento, a menos de que algo completamente fuera de lo común aparezca, de que ella será confirmada de forma abrumadora", dijo John Ullyot, un estratega republicano que por siete años fue asesor en el Senado.
Pero los republicanos no quieren rendirse tan rápidamente. Uno de sus 14 testigos es uno de los bomberos blancos que presentó una demanda por discriminación racial durante un concurso de reclutamiento. Dicha demanda fue rechazada por Sotomayor, en un fallo que la Corte Suprema revirtió a fines de junio.
Ese caso desea ser usado por los republicanos para demostrar que Sotomayor no es capaz de distanciarse de sus creencias personales y políticas para decidir los casos con base únicamente en aspectos legales.
Asimismo, los republicanos han atacado a Sotomayor por haber apoyado en el pasado restricciones a las campañas políticas, lo que, a su juicio, siembra dudas sobre su compromiso con la libertad de expresión.
"Su historial eleva serias dudas sobre su posición frente a la libertad de expresión", dijo el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que destacó que precisamente uno de los primeros casos que podría llegar al escritorio de Sotomayor es sobre el financiamiento de las campañas.
Puertas adentro, los republicanos admiten su preocupación por la posibilidad de que atacar a Sotomayor los siga alejando de los votantes hispanos, 67% de los cuales votaron por Barack Obama en noviembre de 2008, contra sólo 31% por el republicano John McCain.
Los hispanos son la minoría que crece más rapidamente en Estados Unidos, y tienen una presencia de peso en estados considerados clave para las elecciones, como Nuevo Mexico, Arizona y California.
Mientras, Obama y sus aliados no cesan de alabar a Sotomayor, destacando su prolongada carrera judicial, el apoyo que recibió en el pasado de republicanos y la calificación positiva que recibió de la importante asociación de abogados estadounidenses American Bar Association.
La historia personal de Sotomayor, que de una infancia pobre en el barrio Bronx de Nueva York ha ascendido al pináculo del mundo judicial, es muy similar a la del presidente Obama.
Al anunciar que Sotomayor era su candidata, Obama destacó su "brillante carrera legal" y la "sabiduría acumulada a través de una vida inspiradora".
Si es confirmada, esta graduada con honores en Princeton y Yale se convertirá en la tercera mujer que accede a ser jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos.
Sotomayor tendrá que responder a un verdadero interrogatorio sobre su pasado, su experiencia, sus escritos de juventud, su equidad y su moral.
Si el nombramiento es confirmado por el Senado, la magistrada de 55 años reemplazará al juez David Souter que se retiró y se convertirá en la novena jueza de la más alta corte estadounidense, garante de la Constitución, que decide importantes cuestiones de la sociedad, tales como el porte de armas o el aborto.
El jurado, durante por lo menos cuatro días oirá a personalidades como el ex director del FBI, Louis Freeh, que la apoya, o Linda Chavez, una militante conservadora.
Los expertos afirman que el resultado está prácticamente decidido, ya que los demócratas tienen, al menos sobre el papel, los 60 votos que necesitan para quebrar cualquier intento de los republicanos de usar tácticas dilatorias para bloquear la nominación.
"No hay duda en este momento, a menos de que algo completamente fuera de lo común aparezca, de que ella será confirmada de forma abrumadora", dijo John Ullyot, un estratega republicano que por siete años fue asesor en el Senado.
Pero los republicanos no quieren rendirse tan rápidamente. Uno de sus 14 testigos es uno de los bomberos blancos que presentó una demanda por discriminación racial durante un concurso de reclutamiento. Dicha demanda fue rechazada por Sotomayor, en un fallo que la Corte Suprema revirtió a fines de junio.
Ese caso desea ser usado por los republicanos para demostrar que Sotomayor no es capaz de distanciarse de sus creencias personales y políticas para decidir los casos con base únicamente en aspectos legales.
Asimismo, los republicanos han atacado a Sotomayor por haber apoyado en el pasado restricciones a las campañas políticas, lo que, a su juicio, siembra dudas sobre su compromiso con la libertad de expresión.
"Su historial eleva serias dudas sobre su posición frente a la libertad de expresión", dijo el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que destacó que precisamente uno de los primeros casos que podría llegar al escritorio de Sotomayor es sobre el financiamiento de las campañas.
Puertas adentro, los republicanos admiten su preocupación por la posibilidad de que atacar a Sotomayor los siga alejando de los votantes hispanos, 67% de los cuales votaron por Barack Obama en noviembre de 2008, contra sólo 31% por el republicano John McCain.
Los hispanos son la minoría que crece más rapidamente en Estados Unidos, y tienen una presencia de peso en estados considerados clave para las elecciones, como Nuevo Mexico, Arizona y California.
Mientras, Obama y sus aliados no cesan de alabar a Sotomayor, destacando su prolongada carrera judicial, el apoyo que recibió en el pasado de republicanos y la calificación positiva que recibió de la importante asociación de abogados estadounidenses American Bar Association.
La historia personal de Sotomayor, que de una infancia pobre en el barrio Bronx de Nueva York ha ascendido al pináculo del mundo judicial, es muy similar a la del presidente Obama.
Al anunciar que Sotomayor era su candidata, Obama destacó su "brillante carrera legal" y la "sabiduría acumulada a través de una vida inspiradora".
Si es confirmada, esta graduada con honores en Princeton y Yale se convertirá en la tercera mujer que accede a ser jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos.