"Eso significa una ruptura de relaciones", puntualizó en una rueda de prensa el ministro de la Presidencia del Gobierno de Micheletti, Rafael Pineda, después de que la vicecanciller, Martha Lorena Alvarado, anunciara la medida. La vicecanciller indicó que le han dado 72 horas de plazo al personal de la embajada de Venezuela en Tegucigalpa para abandonar el país e igual al de Honduras en Caracas.
"Esto ha sido consecuencia de las amenazas al uso de la fuerza, la intromisión en los asuntos exclusivos de Honduras, así como el irrespeto a la soberanía e integridad territorial de nuestro país" por parte del presidente Chávez, expuso Alvarado.
Pineda dijo que el plazo dado a los diplomáticos venezolanos es para que "puedan empaquetar sus documentos y sus bienes y tomar el avión para su país", y si no lo hacen "pierden la protección diplomática" y serán tratados como "cualquier otro" ciudadano.
Posteriormente, "las autoridades de Migración determinarán el estatus que corresponde" a los venezolanos, apuntó.
El primer secretario de la embajada de Venezuela en Tegucigalpa, Ariel Vargas, confirmó a Efe la decisión adoptada por Tegucigalpa y dijo que espera "instrucciones" desde Caracas.
"El Gobierno de facto nos notificó que debemos salir del país (...) Ya he enviado esa información a Caracas y estoy esperando instrucciones", agregó Vargas, al señalar que en la legación venezolana solamente hay dos funcionarios diplomáticos.
Alvarado confirmó que la ruptura con el país suramericano "ya estaba lista y hoy se hizo pública, pero realmente la decisión fue tomada hace varios días".
La funcionaria reiteró que se sigue estudiando la posible retirada del país de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) y del programa Petrocaribe, iniciativas de Chávez a las que Honduras se adhirió en 2008 durante el Gobierno del depuesto Manuel Zelaya.
La cancillería de Tegucigalpa denunció el pasado 15 de julio ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas las "amenazas" de Chávez de enviar tropas al país y la violación del espacio aéreo hondureño por parte del avión venezolano en el que Zelaya intentó aterrizar en Tegucigalpa el pasado 5 de julio.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad ignoró la denuncia.
La ruptura con Venezuela se produce en momentos de creciente tensión e incertidumbre en Honduras por el posible regreso de Zelaya, apoyado por Chávez, y la insistencia del Gobierno de Micheletti de no restituirlo en su cargo y mantenerse en el poder en medio de fuertes presiones internacionales.
Juan Barahona, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), del movimiento que apoya a Zelaya, consideró que la medida contra los diplomáticos venezolanos busca "distraer a la comunidad internacional" del "verdadero problema" de Honduras que, a su juicio, es el "golpe de Estado".
"Es una actitud más de represión y de aislamiento de los golpistas. Es un acto de desesperación", aseguró a Efe, tras indicar que se trata de "un golpe antipueblo, anticomunista, que ve en el Gobierno y el pueblo venezolano el comunismo".
"Esto ha sido consecuencia de las amenazas al uso de la fuerza, la intromisión en los asuntos exclusivos de Honduras, así como el irrespeto a la soberanía e integridad territorial de nuestro país" por parte del presidente Chávez, expuso Alvarado.
Pineda dijo que el plazo dado a los diplomáticos venezolanos es para que "puedan empaquetar sus documentos y sus bienes y tomar el avión para su país", y si no lo hacen "pierden la protección diplomática" y serán tratados como "cualquier otro" ciudadano.
Posteriormente, "las autoridades de Migración determinarán el estatus que corresponde" a los venezolanos, apuntó.
El primer secretario de la embajada de Venezuela en Tegucigalpa, Ariel Vargas, confirmó a Efe la decisión adoptada por Tegucigalpa y dijo que espera "instrucciones" desde Caracas.
"El Gobierno de facto nos notificó que debemos salir del país (...) Ya he enviado esa información a Caracas y estoy esperando instrucciones", agregó Vargas, al señalar que en la legación venezolana solamente hay dos funcionarios diplomáticos.
Alvarado confirmó que la ruptura con el país suramericano "ya estaba lista y hoy se hizo pública, pero realmente la decisión fue tomada hace varios días".
La funcionaria reiteró que se sigue estudiando la posible retirada del país de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) y del programa Petrocaribe, iniciativas de Chávez a las que Honduras se adhirió en 2008 durante el Gobierno del depuesto Manuel Zelaya.
La cancillería de Tegucigalpa denunció el pasado 15 de julio ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas las "amenazas" de Chávez de enviar tropas al país y la violación del espacio aéreo hondureño por parte del avión venezolano en el que Zelaya intentó aterrizar en Tegucigalpa el pasado 5 de julio.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad ignoró la denuncia.
La ruptura con Venezuela se produce en momentos de creciente tensión e incertidumbre en Honduras por el posible regreso de Zelaya, apoyado por Chávez, y la insistencia del Gobierno de Micheletti de no restituirlo en su cargo y mantenerse en el poder en medio de fuertes presiones internacionales.
Juan Barahona, secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), del movimiento que apoya a Zelaya, consideró que la medida contra los diplomáticos venezolanos busca "distraer a la comunidad internacional" del "verdadero problema" de Honduras que, a su juicio, es el "golpe de Estado".
"Es una actitud más de represión y de aislamiento de los golpistas. Es un acto de desesperación", aseguró a Efe, tras indicar que se trata de "un golpe antipueblo, anticomunista, que ve en el Gobierno y el pueblo venezolano el comunismo".