Obama se reunió el jueves con el profesor negro y el policía blanco que quedaron en medio de un debate nacional encendido sobre las relaciones interraciales. Su meta es una escena que genere una cobertura amigable de los medios... y luego se olvide pronto.
"No hay un temario formal, más que cerveza fría", dijo el martes el secretario de comunicación Robert Gibbs.
Ese no es el momento educacional sobre los prejuicios raciales del que había hablado Obama el viernes cuando intentó acallar la controversia. Cuando los periodistas insistieron, Gibbs dijo que Obama nunca prometió resolver todo en una reunión y que, de cualquier manera, ése tampoco es del todo el trabajo del presidente.
El punto aquí es que la Casa Blanca quiere mostrar a Obama como un factor de reconciliación y luego volver la atención del público a su plan de reformar el sistema de salud.
A esta altura, todos saben lo que pasó: el académico de Harvard Henry Louis Gates Jr. fue arrestado cuando la policía investigaba un llamado sobre una posible intrusión en su casa de Cambridge. No había ningún ratero, pero el sargento James Crowley se llevó a Gates al cuartel, acusado de alterar el orden público al protestar por la conducta de los policías. El cargo fue descartado poco después.
Ahí fue cuando Obama complicó las cosas al decir que la policía había "actuado de manera estúpida". Pronto, al ver que otros temas eran desplazados de la agenda pública, Obama reconoció que debería haber elegido mejor sus palabras e invitó a los dos protagonistas a tomarse una cerveza en la Casa Blanca.
"No hay un temario formal, más que cerveza fría", dijo el martes el secretario de comunicación Robert Gibbs.
Ese no es el momento educacional sobre los prejuicios raciales del que había hablado Obama el viernes cuando intentó acallar la controversia. Cuando los periodistas insistieron, Gibbs dijo que Obama nunca prometió resolver todo en una reunión y que, de cualquier manera, ése tampoco es del todo el trabajo del presidente.
El punto aquí es que la Casa Blanca quiere mostrar a Obama como un factor de reconciliación y luego volver la atención del público a su plan de reformar el sistema de salud.
A esta altura, todos saben lo que pasó: el académico de Harvard Henry Louis Gates Jr. fue arrestado cuando la policía investigaba un llamado sobre una posible intrusión en su casa de Cambridge. No había ningún ratero, pero el sargento James Crowley se llevó a Gates al cuartel, acusado de alterar el orden público al protestar por la conducta de los policías. El cargo fue descartado poco después.
Ahí fue cuando Obama complicó las cosas al decir que la policía había "actuado de manera estúpida". Pronto, al ver que otros temas eran desplazados de la agenda pública, Obama reconoció que debería haber elegido mejor sus palabras e invitó a los dos protagonistas a tomarse una cerveza en la Casa Blanca.