Vestidos de negro, símbolo del luto, los familiares de la víctima también estuvieron en el tribunal, pero a la salida de la audiencia, al igual que los parientes de Pabón, rehusaron hablar con los medios sobre la situación.
Rodríguez, que trabajaba como empleada de una empresa de limpieza en el edificio 2 de la calle Rector en el centro financiero de Manhattan, desapareció misteriosamente y cinco días después su cadáver fue hallado por las autoridades con la cabeza forrada de cinta adhesiva al igual que su boca en la que se encontró un crucifijo de oro que se cree pertenece a una cadena que ella portaba.
También la infortunada y laboriosa mujer criolla, tenía las manos y los pies atados a su espalda, estaba descalzo, pero vestida. Originalmente se creyó que había sido sexualmente violada, aunque hasta el momento la policía que dispuso de más 100 agentes para su búsqueda, no ha confirmado esa versión.
Su desaparición se produjo el 7 de julio y el asesino la forzó a meterse dentro de un angosto espacio en el conducto de aire acondicionado entre los pisos 12 y 13 donde pereció asfixiada, acorde con los resultados de la autopsia forense.
Pabón, fue el primer sospechoso que la policía interrogó pero fue liberado desde el cuartel mientras las investigaciones seguían. El día de su detención tenía arañazos visibles en el cuello y los brazos, signo de alguna lucha con otra persona.
Alegó que peleó con su novia, pero los peritos encontraron que las muestras de su ADN eran las mismas que se encontraron en la escena del crimen y en el cuerpo de la dominicana.
Fue reapresado y aunque mantiene su negativa de que no asesinó a Rodríguez, fue llevado a la corte para que enfrente la acusación de asesinato. Vive en Staten Island y tendrá que regresar al juzgado el próximo 24 de agosto cuando se le instruirá de cargos.
Su abogado Mario Gallucci dijo que su defendido está muy disgustado con la acusación y ratificó que niega las acusaciones completamente y que eso, se demostrará con los resultados de los informes científicos. "Esperamos que todo se aclare durante el juicio", agregó el jurista.
Rodríguez había dicho a sus familiares que salía con temor al trabajo porque alguien la acosaba y la hostigaba, pero nunca reveló la identidad del sujeto.
Rodríguez, que trabajaba como empleada de una empresa de limpieza en el edificio 2 de la calle Rector en el centro financiero de Manhattan, desapareció misteriosamente y cinco días después su cadáver fue hallado por las autoridades con la cabeza forrada de cinta adhesiva al igual que su boca en la que se encontró un crucifijo de oro que se cree pertenece a una cadena que ella portaba.
También la infortunada y laboriosa mujer criolla, tenía las manos y los pies atados a su espalda, estaba descalzo, pero vestida. Originalmente se creyó que había sido sexualmente violada, aunque hasta el momento la policía que dispuso de más 100 agentes para su búsqueda, no ha confirmado esa versión.
Su desaparición se produjo el 7 de julio y el asesino la forzó a meterse dentro de un angosto espacio en el conducto de aire acondicionado entre los pisos 12 y 13 donde pereció asfixiada, acorde con los resultados de la autopsia forense.
Pabón, fue el primer sospechoso que la policía interrogó pero fue liberado desde el cuartel mientras las investigaciones seguían. El día de su detención tenía arañazos visibles en el cuello y los brazos, signo de alguna lucha con otra persona.
Alegó que peleó con su novia, pero los peritos encontraron que las muestras de su ADN eran las mismas que se encontraron en la escena del crimen y en el cuerpo de la dominicana.
Fue reapresado y aunque mantiene su negativa de que no asesinó a Rodríguez, fue llevado a la corte para que enfrente la acusación de asesinato. Vive en Staten Island y tendrá que regresar al juzgado el próximo 24 de agosto cuando se le instruirá de cargos.
Su abogado Mario Gallucci dijo que su defendido está muy disgustado con la acusación y ratificó que niega las acusaciones completamente y que eso, se demostrará con los resultados de los informes científicos. "Esperamos que todo se aclare durante el juicio", agregó el jurista.
Rodríguez había dicho a sus familiares que salía con temor al trabajo porque alguien la acosaba y la hostigaba, pero nunca reveló la identidad del sujeto.