El bebé, de una familia de escasos recursos económicos, se convirtió así en uno de los primeros en el mundo en recibir el denominado implante intraorbitario para tratar una malformación conocida como saco anoftálmico congénito.
El novedoso implante permitió evitar la asimetría facial provocada por la ausencia de la cuenca y el ojo derecho del menor, según un comunicado del equipo de médicos que lo atendió.
La cirugía, realizada gratuitamente en Santo Domingo hace quince días, consistió en la colocación de un aparato, el "expansor de membrana orbital, desarrollado por el oftalmólogo David Tse, director de oculoplástica, cirugía orbital y servicios oncológicos del Bascom Palmer Eye Institute, de Miami (La Florida).
Dicha técnica fue aprobada en noviembre de 2008 por la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos.
El implante es anclado a la órbita ocular e inflado cada tres o cuatro meses para estimular el crecimiento de la cuenca, "previniendo la necesidad de múltiples cirugías de reemplazo asociadas con las antiguas intervenciones", agregó el comunicado.
Tse explicó en la nota que debido a que el ojo tiene un efecto estimulador en la órbita ocular, "los huesos que lo rodean no crecen en los niños sin un ojo o con uno muy pequeño".
"Los bebés con esta condición tienen una cuenca ocular que crece y otra que no, permitiendo la asimetría facial", subrayó.
Para que el niño tenga en el futuro una apariencia normal, los médicos le colocarán una prótesis que prepara la ocularista dominicana Rossy Pascual, del Centro Láser.
En la cirugía intervino el propio Tse, la cirujana oculoplástica Antonina Paniagua y la anestesióloga Jadla Haché, ambas de la dominicana Fundación Centro Láser.
El novedoso implante permitió evitar la asimetría facial provocada por la ausencia de la cuenca y el ojo derecho del menor, según un comunicado del equipo de médicos que lo atendió.
La cirugía, realizada gratuitamente en Santo Domingo hace quince días, consistió en la colocación de un aparato, el "expansor de membrana orbital, desarrollado por el oftalmólogo David Tse, director de oculoplástica, cirugía orbital y servicios oncológicos del Bascom Palmer Eye Institute, de Miami (La Florida).
Dicha técnica fue aprobada en noviembre de 2008 por la Food and Drug Administration (FDA), de Estados Unidos.
El implante es anclado a la órbita ocular e inflado cada tres o cuatro meses para estimular el crecimiento de la cuenca, "previniendo la necesidad de múltiples cirugías de reemplazo asociadas con las antiguas intervenciones", agregó el comunicado.
Tse explicó en la nota que debido a que el ojo tiene un efecto estimulador en la órbita ocular, "los huesos que lo rodean no crecen en los niños sin un ojo o con uno muy pequeño".
"Los bebés con esta condición tienen una cuenca ocular que crece y otra que no, permitiendo la asimetría facial", subrayó.
Para que el niño tenga en el futuro una apariencia normal, los médicos le colocarán una prótesis que prepara la ocularista dominicana Rossy Pascual, del Centro Láser.
En la cirugía intervino el propio Tse, la cirujana oculoplástica Antonina Paniagua y la anestesióloga Jadla Haché, ambas de la dominicana Fundación Centro Láser.