El Heat tiene que haber tomado nota. No le puede pasar por alto un hecho evidente: los Cavaliers quieren repetir la misma fórmula con la que Pat Riley logró el primer título de la organización de la Capital del Sol.
Tras una debacle de proporciones telúricas, en Cleveland están desesperados, porque intuyen que dejaron escapar una oportunidad dorada en los playoffs pasados y que James, dolido en lo más profundo de su ego, no lo pensaría dos veces en hacer las maletas el próximo año rumbo a la agencia libre.
De hecho, se cuenta que fue el propio James el que le dio un ultimatum a sus jefes: o me buscan a Shaq, o me voy con mis canastas a otra parte. Y ya se sabe, lo que LeBron quiere en Cleveland, LeBron lo tiene.
Tras una debacle de proporciones telúricas, en Cleveland están desesperados, porque intuyen que dejaron escapar una oportunidad dorada en los playoffs pasados y que James, dolido en lo más profundo de su ego, no lo pensaría dos veces en hacer las maletas el próximo año rumbo a la agencia libre.
De hecho, se cuenta que fue el propio James el que le dio un ultimatum a sus jefes: o me buscan a Shaq, o me voy con mis canastas a otra parte. Y ya se sabe, lo que LeBron quiere en Cleveland, LeBron lo tiene.