Maki, de 59 años, continúa aún en el Hospital Brigham and Women, de Boston, recuperándose de la operación. Pero se espera que pueda regresar a su hogar en una semana. Dijo que querría concluir sus estudios universitarios y tal vez trabajar con algunos de sus ex camaradas de Vietnam.El rostro de Maki quedó desfigurado en junio del 2005, cuando cayó en el tercer riel electrificado en una estación del subterráneo de Boston. Perdió su nariz, su labio superior, las mejillas, la parte superior de la boca, así como músculos, huesos y nervios del rostro.
Durante años apenas si se animaba a salir de su hogar, pues la gente se aterraba al verlo. Maki dijo que también se convirtió en un drogadicto.
“Mi vida hasta ese punto era un desastre”, dijo. “Sabía que si me operaba, tendría la posibilidad de contar nuevamente con una vida normal”.
Nunca pensó que sería posible un transplante de cara hasta el 2007, cuando vio al doctor Pomahac en un programa de televisión explicando que pensaba iniciar un proyecto de ese tipo en el hospital.
Maki fue sometido a una operación de 17 horas luego que un hombre, Joseph Helfgot, falleció tras un transplante de corazón. Los hombres eran de aproximadamente la misma edad, y tenían un color similar de piel.
El hospital no cobró un céntimo a Maki por la operación, que costó unos $200 mil.
Maki se reunió posteriormente con la viuda de Helfgot y con Isabelle Dinoire, la mujer francesa que fue sometida la primer transplante de rostro.
“Ella parece estar recuperándose bien”, dijo Maki refiriéndose a Dinoire. “Y eso me hizo sentir bien”.
