
Al parecer, cuando nació, los padres pensaron que se trataba de una nena, aunque notaron que había una anomalía en sus genitales. Pero, con el correr de los años, ese defecto se convirtió en un órgano sexual masculino.
Cuando cumplió los tres años, los doctores aseguraron que se trataba de un extraño caso en el que la sexualidad no se había terminado de definir, por lo que plantearon la necesidad de una intervención quirúrgica de forma inmediata, que finalmente no se llevó a cabo.
A punto de cumplir los 16 años, el adolescente decidió cambiar su nombre y pidió que lo comenzaran a llamar César, igual que su difunto padre.