Muere en Cuba canadiense de 108 años que reclamaba fortuna EEUU....
Un puñado de amigos acompañó su modesto ataúd forrado de tela gris oscura desde su deprimida mansión en los suburbios hasta una tumba del Cementerio de Colón donde yace su marido, un empresario al que conoció en 1924 en la Opera de Boston.
El caso de la anciana canadiense dio la vuelta al mundo en el 2007, cuando trascendió que vivía casi en la pobreza porque el Departamento del Tesoro de Estados Unidos tenía congelado el dinero que su marido le dejó en un banco de Boston.
"Llevaba 50 años sufriendo el bloqueo", dijo Elio García, su ahijado y heredero.
"La gente no tiene porqué pagar las circunstancias políticas. Eso es un problema de los gobiernos", añadió.
García dijo que McCarthy iba a ser hospitalizada a comienzos de abril por problemas respiratorios, pero la Oficina de Control de Activos del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés) que supervisa el embargo no autorizó la trasferencia de dinero a tiempo.
McCarthy había nacido en 1900 en St. John's, Terranova. Tras enamorarse de un rico empresario español radicado en Cuba se mudó a la isla, donde se transformó en una dama de la alta sociedad y fundó la Orquesta Filarmónica de La Habana.
Enviudó en 1951 y a diferencia de muchos de sus acaudalados vecinos se quedó en Cuba tras la revolución que llevó en 1959 al poder a Fidel Castro y confiscó las propiedades de su esposo.
Desde entonces tampoco pudo tocar la herencia que le dejó su marido y usaba joyas de plástico porque las otras, las de verdad, estaban lejos de su alcance en un cofre en Estados Unidos.
Una vela ardía el viernes junto a un elegante retrato en blanco y negro de McCarthy en su juventud encima del gastado piano Steinbeck con el que se ganó la vida dando clases de música.
Durante los últimos dos años, el Gobierno de Estados Unidos le permitió retirar 96 dólares mensuales de su cuenta, gracias a las gestiones de diplomáticos canadienses.
Su historia ilustra el drama humano detrás del embargo con el que Estados Unidos lleva 47 años intentando forzar un cambio en el sistema comunista de Cuba.
"Mary McCarthy fue quizás la mejor forjadora de la amistad entre los pueblos de Cuba y Canadá", dijo el cónsul canadiense Mark Burger ante una veintena de personas en el cementerio.
El próximo 27 de abril McCarthy hubiera cumplido 109 años.
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El caso de la anciana canadiense dio la vuelta al mundo en el 2007, cuando trascendió que vivía casi en la pobreza porque el Departamento del Tesoro de Estados Unidos tenía congelado el dinero que su marido le dejó en un banco de Boston.
"Llevaba 50 años sufriendo el bloqueo", dijo Elio García, su ahijado y heredero.
"La gente no tiene porqué pagar las circunstancias políticas. Eso es un problema de los gobiernos", añadió.
García dijo que McCarthy iba a ser hospitalizada a comienzos de abril por problemas respiratorios, pero la Oficina de Control de Activos del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés) que supervisa el embargo no autorizó la trasferencia de dinero a tiempo.
McCarthy había nacido en 1900 en St. John's, Terranova. Tras enamorarse de un rico empresario español radicado en Cuba se mudó a la isla, donde se transformó en una dama de la alta sociedad y fundó la Orquesta Filarmónica de La Habana.
Enviudó en 1951 y a diferencia de muchos de sus acaudalados vecinos se quedó en Cuba tras la revolución que llevó en 1959 al poder a Fidel Castro y confiscó las propiedades de su esposo.
Desde entonces tampoco pudo tocar la herencia que le dejó su marido y usaba joyas de plástico porque las otras, las de verdad, estaban lejos de su alcance en un cofre en Estados Unidos.
Una vela ardía el viernes junto a un elegante retrato en blanco y negro de McCarthy en su juventud encima del gastado piano Steinbeck con el que se ganó la vida dando clases de música.
Durante los últimos dos años, el Gobierno de Estados Unidos le permitió retirar 96 dólares mensuales de su cuenta, gracias a las gestiones de diplomáticos canadienses.
Su historia ilustra el drama humano detrás del embargo con el que Estados Unidos lleva 47 años intentando forzar un cambio en el sistema comunista de Cuba.
"Mary McCarthy fue quizás la mejor forjadora de la amistad entre los pueblos de Cuba y Canadá", dijo el cónsul canadiense Mark Burger ante una veintena de personas en el cementerio.
El próximo 27 de abril McCarthy hubiera cumplido 109 años.
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