Brasileña descubre en entierro que cambiaron cadáver de su marido
Después del incidente, Sebastiana Cunha, ama de casa de 65 años, dijo desconfiar si su esposo, el labrador José Barbosa, de 44 años, está vivo o muerto, por lo que no se considera una viuda, informó el portal de noticias G1.
Barbosa fue ingresado con síntomas de tuberculosis en el Hospital de Enfermedades Tropicales de la localidad amazónica de Araguaná (Tocantins) el pasado fin de semana.
Los médicos certificaron su muerte, colocaron el cadáver en el ataúd cerrado y aconsejaron que la familia no reconociera el cuerpo para evitar contagios.
La familia desconfió de la identidad del muerto cuando conducían el féretro al cementerio, puesto que era demasiado pesado y muy pequeño para la altura de Barbosa.
"Mi marido era delgado y alto. El ataúd estaba muy pesado y era muy pequeño", explicó la mujer, que se negó a dar sepultura al desconocido.
Por las dudas, la familia abrió el ataúd y confirmó sus temores de que el fallecido no era Barbosa. El hospital les confirmó que sí era el marido y argumentó que no lo reconocieron porque se había cortado la barba y el pelo, pero las explicaciones no convencieron a Sebastiana.
"Mi marido es más moreno, tiene el pelo rizado y tenía barba. El difunto tenía pelo liso, tenía piel más clara y una herida en la espalda. José salió de casa con neumonía, no murió de una herida", detalló.
Los familiares dejaron abandonado el ataúd en la calle, pero la policía ordenó que fuera enterrado hasta que se hagan los análisis para determinar la identidad del cuerpo.
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Barbosa fue ingresado con síntomas de tuberculosis en el Hospital de Enfermedades Tropicales de la localidad amazónica de Araguaná (Tocantins) el pasado fin de semana.
Los médicos certificaron su muerte, colocaron el cadáver en el ataúd cerrado y aconsejaron que la familia no reconociera el cuerpo para evitar contagios.
La familia desconfió de la identidad del muerto cuando conducían el féretro al cementerio, puesto que era demasiado pesado y muy pequeño para la altura de Barbosa.
"Mi marido era delgado y alto. El ataúd estaba muy pesado y era muy pequeño", explicó la mujer, que se negó a dar sepultura al desconocido.
Por las dudas, la familia abrió el ataúd y confirmó sus temores de que el fallecido no era Barbosa. El hospital les confirmó que sí era el marido y argumentó que no lo reconocieron porque se había cortado la barba y el pelo, pero las explicaciones no convencieron a Sebastiana.
"Mi marido es más moreno, tiene el pelo rizado y tenía barba. El difunto tenía pelo liso, tenía piel más clara y una herida en la espalda. José salió de casa con neumonía, no murió de una herida", detalló.
Los familiares dejaron abandonado el ataúd en la calle, pero la policía ordenó que fuera enterrado hasta que se hagan los análisis para determinar la identidad del cuerpo.
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