Polémica en Italia por la muerte de Eluana, la joven que pasó 17 años en estado vegetativo
En el momento del debate parlamentario, el presidente de la Cámara, Renato Schifani, fue informado de la muerte de la joven y tras conocer la noticia, todos los senadores se pusieron de pie e hicieron un minuto de silencio.
Schifani expresó después su solidaridad y cercanía con el padre, Giuseppe Englaro y dijo que "este es un momento de reflexión en el que todos, comenzando por los políticos, deben reflexionar sobre el derecho de la vida y la muerte".
No obstante, el vicepresidente del grupo conservador en el Senado, Caetano Quagriello, tomó el micrófono y sentenció: "Eluana no ha muerto, sino que ha sido asesinada".
Ana Finnochiaro, portavoz del Partido Demócrata, le reprochó que continuaban "haciendo el enésimo acto de carroña política sobre la muerte de Eluana".
También, la Cámara de Diputados guardó un minuto de silencio por la muerte de Eluana que hoy cumplía el tercer día sin alimentos ni hidratación tras haber sido autorizada esta medida por el Tribunal Supremo.
Eluana había sido trasladada a la clínica de "La Quiete" el pasado 2 de febrero desde el hospital de Lecco donde había permanecido con anterioridad.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que su muerte deja una "sombra de tristeza" y debe ser para todos "un motivo de reflexión", mientras el cardenal Javier Lozano Barragán pedía que "el Señor la acoja en su seno y perdone a quien se le ha llevado de este mundo".
El primer ministro Silvio Berlusconi expresó su profundo pesar por la muerte de Eluana aunque "lamentó de que la acción del Gobierno no haya sido suficiente para salvarle la vida".
También el ministro de Sanidad, Maurizio Sacconi, tras expresar su solidaridad con el padre, instó al Senado a que apruebe el proyecto de ley "para que el sacrificio de Eluana no sea inútil".
"Silencio y participación en el dolor familiar" pidió el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, que respaldó la decisión del Tribunal Supremo al negarse a firmar el decreto del Gobierno para impedir la muerte de Eluana.
Napolitano insistió hoy en que "ante el epílogo de un largo y trágico hecho, el silencio debe de dejar paso a una profunda participación en el dolor de la familia".
Con la muerte de Eluana termina una larga batalla judicial que llevaba a cabo su padre desde que la joven sufriera un accidente de tráfico, el 18 de mayo de 1992 cuando regresaba de una fiesta y que la dejó durante diecisiete años en estado vegetativo.
También finaliza la carrera contrarreloj del primer ministro, Silvio Berlusconi, quien no ha dudado en obviar al Presidente de la República, para intentar sacar adelante en el Parlamento un proyecto de ley que prohibía suspender la nutrición a Eluana.
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Schifani expresó después su solidaridad y cercanía con el padre, Giuseppe Englaro y dijo que "este es un momento de reflexión en el que todos, comenzando por los políticos, deben reflexionar sobre el derecho de la vida y la muerte".
No obstante, el vicepresidente del grupo conservador en el Senado, Caetano Quagriello, tomó el micrófono y sentenció: "Eluana no ha muerto, sino que ha sido asesinada".
Ana Finnochiaro, portavoz del Partido Demócrata, le reprochó que continuaban "haciendo el enésimo acto de carroña política sobre la muerte de Eluana".
También, la Cámara de Diputados guardó un minuto de silencio por la muerte de Eluana que hoy cumplía el tercer día sin alimentos ni hidratación tras haber sido autorizada esta medida por el Tribunal Supremo.
Eluana había sido trasladada a la clínica de "La Quiete" el pasado 2 de febrero desde el hospital de Lecco donde había permanecido con anterioridad.
El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que su muerte deja una "sombra de tristeza" y debe ser para todos "un motivo de reflexión", mientras el cardenal Javier Lozano Barragán pedía que "el Señor la acoja en su seno y perdone a quien se le ha llevado de este mundo".
El primer ministro Silvio Berlusconi expresó su profundo pesar por la muerte de Eluana aunque "lamentó de que la acción del Gobierno no haya sido suficiente para salvarle la vida".
También el ministro de Sanidad, Maurizio Sacconi, tras expresar su solidaridad con el padre, instó al Senado a que apruebe el proyecto de ley "para que el sacrificio de Eluana no sea inútil".
"Silencio y participación en el dolor familiar" pidió el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, que respaldó la decisión del Tribunal Supremo al negarse a firmar el decreto del Gobierno para impedir la muerte de Eluana.
Napolitano insistió hoy en que "ante el epílogo de un largo y trágico hecho, el silencio debe de dejar paso a una profunda participación en el dolor de la familia".
Con la muerte de Eluana termina una larga batalla judicial que llevaba a cabo su padre desde que la joven sufriera un accidente de tráfico, el 18 de mayo de 1992 cuando regresaba de una fiesta y que la dejó durante diecisiete años en estado vegetativo.
También finaliza la carrera contrarreloj del primer ministro, Silvio Berlusconi, quien no ha dudado en obviar al Presidente de la República, para intentar sacar adelante en el Parlamento un proyecto de ley que prohibía suspender la nutrición a Eluana.
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