Las elecciones provinciales en Irak se celebran en calma
No ha habido quebrantamientos de la seguridad durante las elecciones. Las cosas han ido como planeamos y esperábamos", dijo el portavoz del Ministerio de Defensa general Mohamad al Askary. "Lo considero un gran éxito, como una boda".
En los únicos incidentes, tres bombas de mortero cayeron cerca de centros de votación en Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein, pero nadie resultó herido. Un civil murió a tiros y otro resultó herido en un enfrentamiento en la empobrecida barriada de Ciudad Sader, en la capital.
Las tropas iraquíes están decididas a demostrar que pueden mantener la seguridad a medida que las tropas estadounidenses comienzan a retirarse, casi seis años después de la invasión que derrocó a Sadam.
El primer ministro, Nuri al Maliki, espera utilizar los comicios para hacerse con su propio poder de base en las provincias antes de las elecciones legislativas previstas para este mismo año, en las que tratará de renovar su mandato. Mientras, los grupos suníes que boicotearon las últimas provinciales esperan obtener una parte del poder local.
Había un aire de fiesta en muchas partes del país. En un Bagdad normalmente lleno de atascos, los niños aprovecharon la prohibición sobre el tráfico para jugar al fútbol en las calles.
"¿Cómo no votar? Todos aquí hemos estado quejándonos siempre de que estamos oprimidos y de no tener un líder que nos represente. Ahora es nuestra oportunidad", dijo Abdul Husein Nuri, un residente de la ciudad de Basora, en el sur del país.
Las últimas elecciones tuvieron lugar en medio de una ola insurgente suní inspirada por al Qaeda y fue seguida por un baño de sangre producto de las luchas sectarias entre los otrora dominantes suníes y la mayoría chií. Esa violencia ha caído radicalmente desde 2007.
Los 140.000 soldados estadounidenses en Irak patrullaron a pie y en helicópteros, pero la mayoría mantuvieron un perfil bajo. Fueron los policías y soldados iraquíes los que vigilaron los 14.000 colegios electorales del país contra ataques de Al Qaeda o de insurgentes en las primeras elecciones desde 2005.
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En los únicos incidentes, tres bombas de mortero cayeron cerca de centros de votación en Tikrit, ciudad natal de Sadam Husein, pero nadie resultó herido. Un civil murió a tiros y otro resultó herido en un enfrentamiento en la empobrecida barriada de Ciudad Sader, en la capital.
Las tropas iraquíes están decididas a demostrar que pueden mantener la seguridad a medida que las tropas estadounidenses comienzan a retirarse, casi seis años después de la invasión que derrocó a Sadam.
El primer ministro, Nuri al Maliki, espera utilizar los comicios para hacerse con su propio poder de base en las provincias antes de las elecciones legislativas previstas para este mismo año, en las que tratará de renovar su mandato. Mientras, los grupos suníes que boicotearon las últimas provinciales esperan obtener una parte del poder local.
Había un aire de fiesta en muchas partes del país. En un Bagdad normalmente lleno de atascos, los niños aprovecharon la prohibición sobre el tráfico para jugar al fútbol en las calles.
"¿Cómo no votar? Todos aquí hemos estado quejándonos siempre de que estamos oprimidos y de no tener un líder que nos represente. Ahora es nuestra oportunidad", dijo Abdul Husein Nuri, un residente de la ciudad de Basora, en el sur del país.
Las últimas elecciones tuvieron lugar en medio de una ola insurgente suní inspirada por al Qaeda y fue seguida por un baño de sangre producto de las luchas sectarias entre los otrora dominantes suníes y la mayoría chií. Esa violencia ha caído radicalmente desde 2007.
Los 140.000 soldados estadounidenses en Irak patrullaron a pie y en helicópteros, pero la mayoría mantuvieron un perfil bajo. Fueron los policías y soldados iraquíes los que vigilaron los 14.000 colegios electorales del país contra ataques de Al Qaeda o de insurgentes en las primeras elecciones desde 2005.
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