Panameño quiere entrar al Libro Guinness por pelar 500 cocos con los dientes
Gardin, quien es conocido popularmente como "Pelacocos", "Wari-Wari" o "Mister T", en referencia un personaje de la serie "Los Magníficos" (o Equipo A), realizó su hazaña el 13 de septiembre en una calle del centro de la capital panameña.
"Anteriormente ya había logrado pelar 100 cocos con los dientes, pero ese día era la primera vez que intentaba pelar 500", dice "Pelacocos" a la AFP.
Gardin recuerda, algo indignado, que "el coco 420 se me puso bravo y rebelde porque no lo podía pelar. Yo lo baboseaba una y otra vez pero no le entraban mis dientes".
José Luis Orlano, uno de sus ayudantes, recuerda que durante la prueba "la gente nos rodeaba y no paraban de preguntarse de dónde había salido aquel hombre que era capaz de pelar tal cantidad de cocos con sus dientes sin que su dentadura se rompiera".
Sin embargo, el récord no contó porque Gardin no tenía el dinero suficiente para registrar esta hazaña, de modo que pudiera ingresar al Libro Guinness de los Récords Mundiales.
"A pesar de la cantidad de ricos que hay en Panamá y que pudieran ayudarme no he visto ni un triste dólar", dice Gardin, quien vive con 10 familiares más en una humilde casa de Río Alejandro, en el corregimiento de Pilón, en la ciudad atlántica de Colón, 100 km al norte de la capital.
Eso sí, "Pelacocos" avisa que en el momento en que disponga de los 1.000 dólares que le faltan para convocar a los jueces que exige Guinness, "no serán 500, sino 1.000 los cocos que pelaré".
Este panameño cuenta que tienes esta habilidad desde niño, cuando creyeron que su papá había muerto después de que un coco le cayera en la cabeza.
Sin embargo, "mi padre despertó y de rabia agarró el coco y lo peló con los dientes. Yo tenía 11 años y cuando vi eso me pregunté qué clase de dientes tenía mi papá y si yo también podría hacer lo mismo", recuerda.
Además de cepillarse los dientes con pasta, Gardin también acude a varias playas cercanas a su casa "y en la bajamar hay una arena negrita y con ella me lavo los dientes con el dedo. Ustedes no saben el potencial que esa arena tiene para los dientes".
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"Anteriormente ya había logrado pelar 100 cocos con los dientes, pero ese día era la primera vez que intentaba pelar 500", dice "Pelacocos" a la AFP.
Gardin recuerda, algo indignado, que "el coco 420 se me puso bravo y rebelde porque no lo podía pelar. Yo lo baboseaba una y otra vez pero no le entraban mis dientes".
José Luis Orlano, uno de sus ayudantes, recuerda que durante la prueba "la gente nos rodeaba y no paraban de preguntarse de dónde había salido aquel hombre que era capaz de pelar tal cantidad de cocos con sus dientes sin que su dentadura se rompiera".
Sin embargo, el récord no contó porque Gardin no tenía el dinero suficiente para registrar esta hazaña, de modo que pudiera ingresar al Libro Guinness de los Récords Mundiales.
"A pesar de la cantidad de ricos que hay en Panamá y que pudieran ayudarme no he visto ni un triste dólar", dice Gardin, quien vive con 10 familiares más en una humilde casa de Río Alejandro, en el corregimiento de Pilón, en la ciudad atlántica de Colón, 100 km al norte de la capital.
Eso sí, "Pelacocos" avisa que en el momento en que disponga de los 1.000 dólares que le faltan para convocar a los jueces que exige Guinness, "no serán 500, sino 1.000 los cocos que pelaré".
Este panameño cuenta que tienes esta habilidad desde niño, cuando creyeron que su papá había muerto después de que un coco le cayera en la cabeza.
Sin embargo, "mi padre despertó y de rabia agarró el coco y lo peló con los dientes. Yo tenía 11 años y cuando vi eso me pregunté qué clase de dientes tenía mi papá y si yo también podría hacer lo mismo", recuerda.
Además de cepillarse los dientes con pasta, Gardin también acude a varias playas cercanas a su casa "y en la bajamar hay una arena negrita y con ella me lavo los dientes con el dedo. Ustedes no saben el potencial que esa arena tiene para los dientes".
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