El 22 de noviembre de 1963, Kennedy era asesinado en Dallas (Texas), tres años después de su llegada a la Casa Blanca. Ahora algunos temen que Obama enfrente el mismo riesgo.
"Todo el mundo se preocupa por la vida de un presidente, sobre todo si se trata de alguien tan ilusionante como Obama", observa James Thurber, profesor de historia de la American University.
El académico recuerda que en los años 60 Estados Unidos fue un país que atravesó excepcionales episodios de violencia contra sus personalidades, desde Kennedy a su hermano Bob, candidato a la presidencia asesinado en 1968 justo después del crímen contra Martin Luther King, el defensor de los derechos de los negros.
"Me acuerdo de la época de Kennedy y se parece a lo que vivimos hoy, salvo que Obama es quizá todavía más ilusionante en su manera de motivar a la gente y de atraer los votos republicanos", afirma el historiador.
Además de Kennedy, otros tres presidentes estadounidenses fueron asesinados: Abraham Lincoln, que abolió la esclavitud, en 1865, James Garfield, en 1880, y William McKinley en el 1900, sin contar las tentativas contra Andrew Jackson, Theodore y Franklin Roosevelt, Gerald Ford o Ronald Reagan.
En relación con Obama, nacido nueve meses después de la elección de Kennedy, "todo el mundo piensa en ello pero nadie se atreve a decirlo", reconoce Allan Lichtman, otro profesor de historia de la American University.
"Es un tema tabú, no encontrarán nada de eso en la prensa", añade Thurber.
Sin embargo la amenaza existe. Desde el momento en el que Obama emergió como un candidato creíble se benefició de una protección sin precedentes. "Le atribuyeron el mismo nivel de vigilancia que a un presidente", asegura Scott Stuart, especialista en terrorismo y seguridad en el Instituto de estudios de Stratfor.
Los servicios secretos "estaban tan preocupados que le atribuyeron un servicio de seguridad mucho más importante que a los otros candidatos", añade el experto.
Dos amenazas fueron desbaratas, una en Colorado (oeste) en el momento de la convención demócrata y otra a finales de octubre en Tennessee (sur), donde dos jóvenes neonazis, sospechosos de haber tratado de masacrar a decenas de negros (entre ellos Obama), fueron detenidos.
"Más que las amenazas abiertas donde los protagonistas son aficionados o payasos, los servicios de seguridad temen otro tipo de ataques más discretos y profesionales", afirma Stuart, quien recuerda que el Ku Klux Klan propugna desde hace varios años "la resistencia sin jefe" y la estrategia del "lobo solitario", por definición difícil de espiar e imposible de infiltrar.
"Los grupos que proclaman la supremacía blanca están muy preocupados" por la elección de Obama.
"El hecho de que sea negro refuerza este temor", explica Allan Lichtman, "todavía hay muchos grupos que propagan el odio racial".
Y según los expertos, el carisma de Obama lo convierte todavía más en un objetivo.
"Es carismático, ya forma parte de la historia y habría una explosión de violencia (si fuera asesinado)", asegura el experto en seguridad. "Si alguien quisiera hacerle daño de verdad a los Estados Unidos, un grupo terrorista o un Estado enemigo, ésta sería una buena manera de herir a Estados Unidos", estima Stuart.Mas Titulares abajo>>
"Todo el mundo se preocupa por la vida de un presidente, sobre todo si se trata de alguien tan ilusionante como Obama", observa James Thurber, profesor de historia de la American University.
El académico recuerda que en los años 60 Estados Unidos fue un país que atravesó excepcionales episodios de violencia contra sus personalidades, desde Kennedy a su hermano Bob, candidato a la presidencia asesinado en 1968 justo después del crímen contra Martin Luther King, el defensor de los derechos de los negros.
"Me acuerdo de la época de Kennedy y se parece a lo que vivimos hoy, salvo que Obama es quizá todavía más ilusionante en su manera de motivar a la gente y de atraer los votos republicanos", afirma el historiador.
Además de Kennedy, otros tres presidentes estadounidenses fueron asesinados: Abraham Lincoln, que abolió la esclavitud, en 1865, James Garfield, en 1880, y William McKinley en el 1900, sin contar las tentativas contra Andrew Jackson, Theodore y Franklin Roosevelt, Gerald Ford o Ronald Reagan.
En relación con Obama, nacido nueve meses después de la elección de Kennedy, "todo el mundo piensa en ello pero nadie se atreve a decirlo", reconoce Allan Lichtman, otro profesor de historia de la American University.
"Es un tema tabú, no encontrarán nada de eso en la prensa", añade Thurber.
Sin embargo la amenaza existe. Desde el momento en el que Obama emergió como un candidato creíble se benefició de una protección sin precedentes. "Le atribuyeron el mismo nivel de vigilancia que a un presidente", asegura Scott Stuart, especialista en terrorismo y seguridad en el Instituto de estudios de Stratfor.
Los servicios secretos "estaban tan preocupados que le atribuyeron un servicio de seguridad mucho más importante que a los otros candidatos", añade el experto.
Dos amenazas fueron desbaratas, una en Colorado (oeste) en el momento de la convención demócrata y otra a finales de octubre en Tennessee (sur), donde dos jóvenes neonazis, sospechosos de haber tratado de masacrar a decenas de negros (entre ellos Obama), fueron detenidos.
"Más que las amenazas abiertas donde los protagonistas son aficionados o payasos, los servicios de seguridad temen otro tipo de ataques más discretos y profesionales", afirma Stuart, quien recuerda que el Ku Klux Klan propugna desde hace varios años "la resistencia sin jefe" y la estrategia del "lobo solitario", por definición difícil de espiar e imposible de infiltrar.
"Los grupos que proclaman la supremacía blanca están muy preocupados" por la elección de Obama.
"El hecho de que sea negro refuerza este temor", explica Allan Lichtman, "todavía hay muchos grupos que propagan el odio racial".
Y según los expertos, el carisma de Obama lo convierte todavía más en un objetivo.
"Es carismático, ya forma parte de la historia y habría una explosión de violencia (si fuera asesinado)", asegura el experto en seguridad. "Si alguien quisiera hacerle daño de verdad a los Estados Unidos, un grupo terrorista o un Estado enemigo, ésta sería una buena manera de herir a Estados Unidos", estima Stuart.Mas Titulares abajo>>