Ex campeón de boxeo busca alcaldía
Alexis Argüello, de 56 años y estrella del boxeo internacional durante las décadas de 1970 y 1980, y Eduardo Montealegre, de 52, influyente hombre de negocios ligado al sector financiero, no sólo luchan por la jefatura del gobierno capitalino, sino que también protagonizan la dura pelea entre el bloque del poderoso matrimonio Daniel Ortega-Rosario Murillo y la oposición política nicaragüense.
“Managua es la madre de todas las batallas, es la joya de la corona”, dijo ayer el diputado nicaragüense Wilfredo Navarro, de la opositora Alianza del Partido Liberal Constitucionalista (Alianza PLC), que impulsa a Montealegre. “La política es de símbolos y Managua es la capital y la ciudad más grande y es como si hubiera una elección presidencial”, afirmó, en entrevista con EL UNIVERSAL.
En el final de la campaña para elegir alcaldes y vicealcaldes de 146 de los 153 municipios del país, Argüello instó a la población a que evite “caer en provocaciones” de la “derecha oligarca”. “Tenemos que aguantar el ácido para que el pueblo venza en las elecciones y continuemos avanzando por más victorias”, adujo este político conocido como El Flaco Explosivo, por su carrera pugilística como monarca mundial de los pesos pluma, ligero junior y ligero.
“Del total de 3 millones 600 mil electores, en Managua hay un millón 300 mil, es decir, poco menos de 40%”, aseguró ayer Marcos Carmona, secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (no estatal), consultado por este diario. “Para todos, Managua es determinante, ya que es la ciudad que concentra más población, capta más impuestos y políticamente es más visible. La alcaldía de Managua puede ser un paso hacia la Presidencia de Nicaragua”, señaló.
En medio de un disputado escenario, el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la Alianza han movilizado gran cantidad de recursos para apuntalar a sus candidatos en la capital, considerada como una de las llaves estratégicas del poder político en Nicaragua.
A pocas horas de que se abran las urnas, el Consejo Supremo Electoral anunció ayer que todo está listo para las elecciones, a pesar de que Ortega logró impedir la presencia de observadores extranjeros de trayectoria reconocida, como los de las organizaciones de Naciones Unidas y de Estados Americanos, y de que existen temores de fraude.
Sólo habrá observadores de un Consejo de Expertos Electorales de América Latina (CEELA), cuya idoneidad es cuestionada por los opositores.
Por su parte, el general Omar Halleslevens, jefe del ejército, aseguró que “todo está funcionando a cabalidad, con orden, limpieza y fluidez en la información”.
“Managua es la madre de todas las batallas, es la joya de la corona”, dijo ayer el diputado nicaragüense Wilfredo Navarro, de la opositora Alianza del Partido Liberal Constitucionalista (Alianza PLC), que impulsa a Montealegre. “La política es de símbolos y Managua es la capital y la ciudad más grande y es como si hubiera una elección presidencial”, afirmó, en entrevista con EL UNIVERSAL.
En el final de la campaña para elegir alcaldes y vicealcaldes de 146 de los 153 municipios del país, Argüello instó a la población a que evite “caer en provocaciones” de la “derecha oligarca”. “Tenemos que aguantar el ácido para que el pueblo venza en las elecciones y continuemos avanzando por más victorias”, adujo este político conocido como El Flaco Explosivo, por su carrera pugilística como monarca mundial de los pesos pluma, ligero junior y ligero.
“Del total de 3 millones 600 mil electores, en Managua hay un millón 300 mil, es decir, poco menos de 40%”, aseguró ayer Marcos Carmona, secretario ejecutivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (no estatal), consultado por este diario. “Para todos, Managua es determinante, ya que es la ciudad que concentra más población, capta más impuestos y políticamente es más visible. La alcaldía de Managua puede ser un paso hacia la Presidencia de Nicaragua”, señaló.
En medio de un disputado escenario, el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la Alianza han movilizado gran cantidad de recursos para apuntalar a sus candidatos en la capital, considerada como una de las llaves estratégicas del poder político en Nicaragua.
A pocas horas de que se abran las urnas, el Consejo Supremo Electoral anunció ayer que todo está listo para las elecciones, a pesar de que Ortega logró impedir la presencia de observadores extranjeros de trayectoria reconocida, como los de las organizaciones de Naciones Unidas y de Estados Americanos, y de que existen temores de fraude.
Sólo habrá observadores de un Consejo de Expertos Electorales de América Latina (CEELA), cuya idoneidad es cuestionada por los opositores.
Por su parte, el general Omar Halleslevens, jefe del ejército, aseguró que “todo está funcionando a cabalidad, con orden, limpieza y fluidez en la información”.