Drogaba y golpeaba a su hija para que el padrastro pudiera abusar de ella
Los investigadores policiales no sólo detuvieron a la mujer, sino también a su pareja, un hombre de 34 años, acusado por los reiterados abusos sexuales a los cuales era sometida la menor de edad.
La investigación comenzó con una denuncia hecha por una docente de la escuela a la que concurre la víctima, quien, en un primer momento, había obtenido indicios sobre los abusos.
La maestra había encontrado una carta en la que el padrastro le manifestaba a la chica que estaba enamorado de ella y que pretendía que mantuvieran relaciones sexuales.
Con el paso de los días, los profesores de la adolescente observaron una "disminución en la atención" así como que la joven presentaba problemas para relacionarse con sus compañeros y que cada vez se encontraba más "retraída".
Una reunión con la madre de la menor culminó cuando la mujer indicó que su hija mentía y que sería ella la que se encargaría de que esto no sucediera más.
Pero, de acuerdo con lo señalado por las fuentes, con el paso de los días, la docente que finalmente radicó la denuncia logró que la chica confesara los abusos a los que era sometida.
Según este relato, la madre "esperaba a que los restantes hijos se durmieran para trasladar a la adolescente a la cocina, lugar en el que colocaba un colchón en el piso y presenciaba los abusos por parte de su pareja".
Los voceros ligados a la investigación del caso revelaron que "ante la negativa de la víctima, la mujer comenzó a suministrarle somníferos que no le permitían reaccionar".
Además, resaltaron que "en las pocas oportunidades en que la joven logró escaparse, los castigos fueron brutales".
"Muchas veces, la mujer le colocaba un palo de escoba en la vagina, la dejaba fuera de la casa y la niña debía dormir en un auto abandonado frente a la finca, o la dejaba sin comer varios días", señalaron las fuentes.
La investigación comenzó con una denuncia hecha por una docente de la escuela a la que concurre la víctima, quien, en un primer momento, había obtenido indicios sobre los abusos.
La maestra había encontrado una carta en la que el padrastro le manifestaba a la chica que estaba enamorado de ella y que pretendía que mantuvieran relaciones sexuales.
Con el paso de los días, los profesores de la adolescente observaron una "disminución en la atención" así como que la joven presentaba problemas para relacionarse con sus compañeros y que cada vez se encontraba más "retraída".
Una reunión con la madre de la menor culminó cuando la mujer indicó que su hija mentía y que sería ella la que se encargaría de que esto no sucediera más.
Pero, de acuerdo con lo señalado por las fuentes, con el paso de los días, la docente que finalmente radicó la denuncia logró que la chica confesara los abusos a los que era sometida.
Según este relato, la madre "esperaba a que los restantes hijos se durmieran para trasladar a la adolescente a la cocina, lugar en el que colocaba un colchón en el piso y presenciaba los abusos por parte de su pareja".
Los voceros ligados a la investigación del caso revelaron que "ante la negativa de la víctima, la mujer comenzó a suministrarle somníferos que no le permitían reaccionar".
Además, resaltaron que "en las pocas oportunidades en que la joven logró escaparse, los castigos fueron brutales".
"Muchas veces, la mujer le colocaba un palo de escoba en la vagina, la dejaba fuera de la casa y la niña debía dormir en un auto abandonado frente a la finca, o la dejaba sin comer varios días", señalaron las fuentes.