Señora de 101 años aún trabaja; dice nunca le ha dolido la cabeza
Las arrugas que marcan su semblante no le han quitado la fortaleza espiritual y la simpatía a esta mujer que nació el 2 enero de 1907, cuando el país firmó la convención que ese año traspasó al gobierno de Estados Unidos el cobro en las aduanas.
Antonia, de fácil hablar, expresa que nunca fue a la escuela pero aprendió de sus padres el valor de la familia y el respeto hacia los demás.
El canto fue el pasatiempo favorito en su mocedad, debido a que sus padres nunca le permitieron que aprendiera a bailar, como era su deseo.
“Me siento como un roble, nunca me ha dolido la cabeza y si alguna vez digo que me duele, vayan alistando mi caja”, dice doña Antonia en medio de carcajadas de amigos y familiares.
Asegura que ha podido alcanzar esa edad comiendo víveres, arepa, queso y carne, y sin tomar alcohol.
Recuerda que ella se vestía como las mujeres de época, que sólo permitían a los hombres verles las manos, porque los vestidos cubrían el cuello hasta la punta de los dedos de los pies.
Tiene nueve hijos: Altagracia, Milagros, María, Salvador, Ramona, Odalis, Ramón, Carmela y Eduardo, quienes resaltan el espíritu alegre de su madre.
El presidente de la Asociación Pro Desarrollo de Estebanía, Antonio Matos, define a Antonia como un ejemplo viviente de mujer trabajadora y entregada a su familia.
Antonia, de fácil hablar, expresa que nunca fue a la escuela pero aprendió de sus padres el valor de la familia y el respeto hacia los demás.
El canto fue el pasatiempo favorito en su mocedad, debido a que sus padres nunca le permitieron que aprendiera a bailar, como era su deseo.
“Me siento como un roble, nunca me ha dolido la cabeza y si alguna vez digo que me duele, vayan alistando mi caja”, dice doña Antonia en medio de carcajadas de amigos y familiares.
Asegura que ha podido alcanzar esa edad comiendo víveres, arepa, queso y carne, y sin tomar alcohol.
Recuerda que ella se vestía como las mujeres de época, que sólo permitían a los hombres verles las manos, porque los vestidos cubrían el cuello hasta la punta de los dedos de los pies.
Tiene nueve hijos: Altagracia, Milagros, María, Salvador, Ramona, Odalis, Ramón, Carmela y Eduardo, quienes resaltan el espíritu alegre de su madre.
El presidente de la Asociación Pro Desarrollo de Estebanía, Antonio Matos, define a Antonia como un ejemplo viviente de mujer trabajadora y entregada a su familia.