Según pudo averiguar la policía local, los asesinos les dieron 666 puñaladasa los jóvenes, los degollaron y luego los quemaron. Pero el horror no termina aquí: luego de que quemaron los restos, los asesinos comieron pedazos de los cuerpos.
Tras el secuestro de los cuatro adolescentes, los criminales los obligaron a emborracharse para luego asesinarlos.
La policía detuvo a un grupo de ocho personas que pertenecen a un clan llamado “Devil”. El número de puñaladas,666, tendría que ver con el número del diablo.
Los asesinos se declararon culpables y contaron los detalles del horroroso crimen. “Satanás me ayudará a no ser castigado, he hecho un montón de sacrificios por el", dijo uno de los detenidos.