Sandra Geberttenía 42 años y era un ama de casa agobiada por el trabajo doméstico, la crianza de sus hijos de entre 3 y 15 años y un matrimonio en ruinas. Pero un día, la mujer dejó a su marido John y a sus hijos y se tomó “una vacaciones” que la llevaron desde su hogar en Lake Worth, Florida, hasta la localidad inglesa de Coventry.
Mientras tanto, su segundo marido y sus hijos quedaron en los Estados Unidos y durante siete años extrañaron y buscaron a su madre, e incluso la creyeron muerta. Un día, googleandoel nombre de una de sus novelistas románticas favoritas, su hija mayor, Alex encontró con la foto de su propia madre, que había renacido con el nombre de Sandee McCann.
Aparentemente, los sueños literarios de McCann habrían nacido de entre sus múltiples amistades cibernéticas, desarrolladas en un momento en el que su segundo matrimonio se debilitaba. En una oportunidad, como relató su hija a The Sun, la madre le habría mostrado el perfil cibernético de un tal “Michael” que vivía en Coventry, Inlgaterra, y que sería su tercer esposo, Michael McCann.
Mientras tanto, su segundo marido y sus hijos quedaron en los Estados Unidos y durante siete años extrañaron y buscaron a su madre, e incluso la creyeron muerta. Un día, googleandoel nombre de una de sus novelistas románticas favoritas, su hija mayor, Alex encontró con la foto de su propia madre, que había renacido con el nombre de Sandee McCann.
Aparentemente, los sueños literarios de McCann habrían nacido de entre sus múltiples amistades cibernéticas, desarrolladas en un momento en el que su segundo matrimonio se debilitaba. En una oportunidad, como relató su hija a The Sun, la madre le habría mostrado el perfil cibernético de un tal “Michael” que vivía en Coventry, Inlgaterra, y que sería su tercer esposo, Michael McCann.