Rodríguez recibe 2.55 millones de los Gigantes
(excepto algunos cubanos) con los US$4.25 obtenidos por Michel Inoa y ahora el acuerdo arribado ayer por Rodríguez lo convierte desde ya en el jugador de posición en obtener el mayor pacto, superando los 2.4 millones que firmó Wily Mo Peña en 1999.
Rodríguez es un espigado jardinero de 6¥5 de estatura, capaz de batear para promedio y poder, dueño de un brazo de cañón y unas prodigiosas piernas, que a pesar de su tamaño lo llevan a hacer 6¥5 desde las 60 yardas.
Dueño de un enorme talento, de esos que abundan poco, que de inmediato maravilló al joven escucha de los Gigantes Félix Peguero, un ex receptor, que ahora sigue los pasos de su progenitor, Pablo y que hace poco más de un mes llevó a un viejo zorro, de nombre Felipe Alou a recordar a Vladimir Guerrero cuando observó a Rodríguez exhibir sus habilidades unas tras otras frente a sus ojos.
Es por esto que el mayor de los Alou con más de medio siglo en el béisbol, quien por 17 años jugó con decenas de superestrellas de las Grandes Ligas. hizo un alto cuando tomó el microfono, como si no encontrara palabras para definir al jugador que en un par de años ingresará por la puerta grande a los Gigantes, el mismo hogar que ayudó a construir junto con sus dos hermanos, Mateo y Jesús y Juan Marichal.
Oriundo de El Escondido, Baní, Rodríguez es un producto de la Academia de Béisbol de Rafael Montero Expilman, un ex entrenador de la escuela de béisbol Enrique Soto, pero quien desde hace poco más de tres años tiene su propio proyecto. Rodríguez es uno de los casi 60 muchachos que se preparan en el programa que dirige.
El es el segundo miembro de esta familia que sale del complejo, pues su primo, Robert Rodríguez firmó por 285 mil dólares hace dos años con los Marineros.
“Nunca había observado un jugador con tanto talento, es lo que realmente se llama un diamante en bruto”, expresa Montero Expilman, por cuyas manos también pasaron peloteros de la estirpe de Miguel Tejada, Eric y Willy Aybar, Robinson Tejeda entre otros.
Aunque firmó con los Gigantes, la carrera no fue fácil pues otras organizaciones hicieron ofertas grandes: Los Astros (2.4 millones), los Padres (2.3 millones), los Cardenales (2.2 millones) mostraron gran agresividad por firmarlo, además de los Yankees, Marineros entre otros.
Rodríguez es el hijo mayor del matrimonio integrado por Rafael Orlando Rodríguez (maestro constructor) y Santa Arcadia S‡nchez (ama de casa). La pareja tiene otros dos hijos , Nadía Maria (ocho años) y Juan Daniel (tres).
Rodríguez es un espigado jardinero de 6¥5 de estatura, capaz de batear para promedio y poder, dueño de un brazo de cañón y unas prodigiosas piernas, que a pesar de su tamaño lo llevan a hacer 6¥5 desde las 60 yardas.
Dueño de un enorme talento, de esos que abundan poco, que de inmediato maravilló al joven escucha de los Gigantes Félix Peguero, un ex receptor, que ahora sigue los pasos de su progenitor, Pablo y que hace poco más de un mes llevó a un viejo zorro, de nombre Felipe Alou a recordar a Vladimir Guerrero cuando observó a Rodríguez exhibir sus habilidades unas tras otras frente a sus ojos.
Es por esto que el mayor de los Alou con más de medio siglo en el béisbol, quien por 17 años jugó con decenas de superestrellas de las Grandes Ligas. hizo un alto cuando tomó el microfono, como si no encontrara palabras para definir al jugador que en un par de años ingresará por la puerta grande a los Gigantes, el mismo hogar que ayudó a construir junto con sus dos hermanos, Mateo y Jesús y Juan Marichal.
Oriundo de El Escondido, Baní, Rodríguez es un producto de la Academia de Béisbol de Rafael Montero Expilman, un ex entrenador de la escuela de béisbol Enrique Soto, pero quien desde hace poco más de tres años tiene su propio proyecto. Rodríguez es uno de los casi 60 muchachos que se preparan en el programa que dirige.
El es el segundo miembro de esta familia que sale del complejo, pues su primo, Robert Rodríguez firmó por 285 mil dólares hace dos años con los Marineros.
“Nunca había observado un jugador con tanto talento, es lo que realmente se llama un diamante en bruto”, expresa Montero Expilman, por cuyas manos también pasaron peloteros de la estirpe de Miguel Tejada, Eric y Willy Aybar, Robinson Tejeda entre otros.
Aunque firmó con los Gigantes, la carrera no fue fácil pues otras organizaciones hicieron ofertas grandes: Los Astros (2.4 millones), los Padres (2.3 millones), los Cardenales (2.2 millones) mostraron gran agresividad por firmarlo, además de los Yankees, Marineros entre otros.
Rodríguez es el hijo mayor del matrimonio integrado por Rafael Orlando Rodríguez (maestro constructor) y Santa Arcadia S‡nchez (ama de casa). La pareja tiene otros dos hijos , Nadía Maria (ocho años) y Juan Daniel (tres).
F/ListinDiario
