Rafael Nadal venció a Roger Federer en el quinto set y conquistó su primer torneo de Wimbledon, en la final más larga de la historia
El zurdo de Manacor mostró su perfil más descarado ante el primer favorito para lograr una victoria épica por 6-4, 6-4, 6-7 (5), 6-7 (8) y 9-7.
Ante un auditorio extasiado, entre el que se encontraban los príncipes de Asturias y el sueco Bjorn Borg, Nadal hizo historia y marcó las reglas del comienzo, quizá, de una nueva etapa en la que los españoles imponen su voluntad también en la superficie de césped.
Lo que quedó patente en la Central es que el ránking no fue un reflejo fiel. La lucha de titanes la resolvió el mejor jugador. Y no sólo Nadal ganó la batalla táctica, sino que además se impuso en la mental, ahí donde se le puede hacer más daño a Federer.
Al juego limpio, calculado y elegante del suizo le faltó precisión y efectividad. Federer erró. Y lo hizo en momentos clave. Y por cada flaqueza del helvético, aumentó la garra del español.
El primer favorito comenzó resolviendo el primer juego con su servicio y Nadal hizo lo propio a continuación. Hasta ahí, previsible.
Con la derecha a punto, Nadal lograba ya su primera bola de rotura en el tercero. Falló el helvético con su primer saque y el zurdo de Manacor conseguía quebrarle. Fue un temprano aviso de Nadal.
Ante un auditorio extasiado, entre el que se encontraban los príncipes de Asturias y el sueco Bjorn Borg, Nadal hizo historia y marcó las reglas del comienzo, quizá, de una nueva etapa en la que los españoles imponen su voluntad también en la superficie de césped.
Lo que quedó patente en la Central es que el ránking no fue un reflejo fiel. La lucha de titanes la resolvió el mejor jugador. Y no sólo Nadal ganó la batalla táctica, sino que además se impuso en la mental, ahí donde se le puede hacer más daño a Federer.
Al juego limpio, calculado y elegante del suizo le faltó precisión y efectividad. Federer erró. Y lo hizo en momentos clave. Y por cada flaqueza del helvético, aumentó la garra del español.
El primer favorito comenzó resolviendo el primer juego con su servicio y Nadal hizo lo propio a continuación. Hasta ahí, previsible.
Con la derecha a punto, Nadal lograba ya su primera bola de rotura en el tercero. Falló el helvético con su primer saque y el zurdo de Manacor conseguía quebrarle. Fue un temprano aviso de Nadal.