Obama: De las sombras al borde de escribir la historia
Uno podría suponer qué pensaban los negros y blancos entre la multitud: ¿No es increíble que nuestro estado - Carolina del Sur, el primero en separarse del país y el primero en abrir fuego en la Guerra Civil - esté catapultando ahora a un hombre negro al frente de la carrera presidencial en un año que se ve bien para los demócratas?"La raza no importa", empezaron a corear algunos. "¡La raza no importa!".El consigna dio paso a otra más conocida, la de "Sí se puede", y todos en la sala de conferencias ciertamente se dieron cuenta que la raza, sin embargo, todavía presente todavía en muchas formas. Pero en un momento tan increíble en el que muchos parecían pedir "pellízqueme porque no creo que esté despierto", también parecía evidente que se había derrumbado una barrera con una rapidez y certeza que nadie previó.Más pasmoso aún era el hecho de que el hombre que aventaja a la universalmente conocida ex primera dama, la senadora Hillary Rodham Clinton, había sido un legislador estatal apenas cuatro años antes, un abogado sin fama, riqueza ni conexiones familiares.Ahora, todo Estados Unidos están digiriendo un momento que parecía estar a varias décadas de distancia, si acaso posible en absoluto. Tanto los estrategas como las bases de votantes siguen tratando de saber cómo fue posible que Obama haya subido tan rápido hasta ahora, y abundan las hipótesis. Los historiadores lo descubrirán algún día, pero de inmediato viene a la mente un Obama que muestra una mezcla de oratoria, biografía, optimismo y confianza.