Feb 11, 2008


Futuro de los Yankees está en Dominicana

En nuestro trayecto por la carretera hacia Jubey-Boca Chica no distinguimos ningún letrero o indicaciones que nos condujeran al reducto de los “Mulos de El Bronx”. Es un lugar hermético, casi secreto, posiblemente para nos despertar una avalancha de curiosos turistas y frenéticos aficionados.
Hubo que manejar campo adentro hasta encontrar un enorme portón metálico donde resalta el logo del equipo que más series mundiales (26) ha ganado en las Mayores.
Luego de pasar la seguridad, pudimos observar el impecable campamento donde se destacan un hermoso edificio, cuatro diamantes y un significativo número de prospectos que se esfuerzan por llegar, en un futuro no muy lejano, a militar en las Grandes Ligas.
Las instalaciones que son de primera, cuentan con comedor, gimnasio, sala de recuperación, aulas para clases de inglés y dormitorios donde viven ocho peloteros en cada habitación.
La mayoría son dominicanos, pero también hay talentos de Panamá, México, Brasil, Venezuela, Colombia y Puerto Rico que fluctúan entre las edades de 16 a 20 años.
La Academia que se fundó un 13 de enero, tiene aires de cuartel militar, donde la disciplina resalta a primera vista.
Es indudable que los Yankees no solamente quieren desarrollar buenos peloteros, sino hombres de bien.
“Aquí permanecen de 3 a 4 años y en el verano llegan hasta un número de ochenta jóvenes peloteros”, aseguró.
“Queremos hombres de provecho, por eso nos preocupamos de enseñarles inglés, adaptación cultural y responsabilidad financiera”, declaró a EL DIARIO/LA PRENSA Martín Valerio, quien funge como director de la Academia.
Por su parte, Aniska Sánchez, quien realiza funciones administrativas, agregó que las instalaciones son las más modernas que actualmente existen en territorio quisqueyano.
Los muchachos también cuentan con ayuda médica y sicológica. Este trabajo lo realizan la sicóloga Maggie Espinal y el doctor Fernández Suco.
Los entrenamientos son muy fuertes pero los prospectos lo disfrutan y le sacan provecho al máximo...“es su futuro”, subraya Espinal.
“Los horarios son muy estrictos. Se les ponen normas de conducta para mantener la disciplina en la Academia”, apuntó.
Las sesiones de trabajo están divididas en dos turnos: béisbol en la mañana y estudio en la tarde.
Tras recorrer todas las dependencias de esta novel Academia, pudimos comprobar que el futuro del béisbol neoyorquino está bien encaminado.
Luego nos subiríamos al ómnibus, cortesía de ESPN Deportes, que nos enrumbaría hacia Boston, mejor dicho a la finca de los Medias Rojas, donde nos tenían preparado un suculento sancocho dominicano.


DiariolaPrensa
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