Según algunas fuentes, la intérprete de "Toxic" no está condiciones de vestirse ni de alimentarse por sí misma, y ya comienza a considerarla una paciente psicótica.
Desorientada y confundida, Britney pasó las noches previas a su internación vagando por las calles de la ciudad, tomando pastillas, bebidas energizantes y laxantes que le impedían conciliar el sueño.
La multitud de paparazzis que se dedicaban a seguirla durante las 24 horas del día lograron captar imágenes de Britney comprando cajas de Red Bull al por mayor y hablando con extraños fingiendo un marcado acento británico. Asimismo, la noche anterior al desafortunado suceso, la cantante fue fotografiada deambulando descalza y llorosa, perrito en mano.
La artista de 26 años fue trasladada el jueves pasado al hospital “por su propia seguridad” a bordo de una ambulancia seguida por una caravana de motocicletas, patrulleros de la policía, dos helicópteros y un batallón de paparazzis.
“El comportamiento de Britney se volvió muy aterrador", dijo una fuente cercana al diario The Sun.
Ella llegó a una fase maníaco-depresiva, diagnóstico que suele conocerse como ‘trastorno bipolar'”. “Antes de su internación estaba pálida, temblorosa y hablaba con ella misma. Intentamos darle píldoras para dormir pero no hicieron efecto”, agregó.
Por otro lado, hace unos días, una amiga de la cantante dije haber encontrado un papel, en donde la ex princesa del pop pensaba en suicidarse.
“La carta es muy triste. Britney habla de su soledad y de cuán injusta es la vida que no le permite confiar en nadie. Además evidenciaba decepción, diciendo que ella nunca sería lo que la gente y su familia espera”, dijo la fuente.
“Tal vez sería mejor si estuviera muerta”, escribió Britney notablemente deprimida.
De acuerdo con sus amigos, la cantante “llora y clama por ayuda”, pero cuando le preguntaron a Britney acerca de la carta, ella rió y dijo que no había de que preocuparse: “Todo el mundo piensa en la muerte”, agregó en tono jocoso.
En los últimos días, Spears perdió temporariamente los ya limitados derechos de visita a sus hijos, Sean Preston de dos años y Jayden James de uno.